La relación entre la tiamina dietética (vitamina B1) y el empeoramiento de la agudeza mental entre las personas mayores cognitivamente sanas dibuja una curva en forma de 'J', sugiere una investigación publicada en la revista General Psychiatry. Tomar una cantidad óptima -0,68 mg diarios- es saludable, pero excederse de 1 se relacionó fuertemente con el deterioro cognitivo.
La tiamina es una vitamina B esencial soluble en agua implicada en el metabolismo energético y la actividad de los neurotransmisores cerebrales, recuerda Europa Press. Los cereales integrales, cereales de desayuno fortificados, legumbres, el hígado y el salmón son alimentos que la contienen. Las dosis altas, según estudios previos, pueden mejorar la función cognitiva en personas con deterioro leve o demencia en etapa temprana.
Pero no se sabía aún si la ingesta dietética habitual podía desencadenar los procesos de deterioro o, en cambio, frenarlos. Para comprobarlo, los investigadores utilizaron datos disponibles públicamente de la Encuesta de Salud y Nutrición de China (CHNS), un estudio multipropósito a largo plazo que comenzó en 1989 y que incluyó a casi la mitad de la población del China en 2011.
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Se evaluó repetidamente la agudeza mental de participantes cognitivamente sanos de 55 años o más durante 10 años. En cada ronda de la encuesta se recopiló información sobre la dieta, complementada con datos detallados sobre la ingesta dietética personal durante 24 horas en 3 días consecutivos de la semana. La ingesta de nutrientes se calculó utilizando las tablas de composición de alimentos chinas.
Para evaluar la capacidad verbal se utilizaron tres pruebas de recuerdo inmediato y diferido de una lista de 10 palabras, contando hacia atrás desde 20 y resta en serie de 7 cinco veces desde 100. Una puntuación más alta para cada ítem (incluida la memoria verbal [0-20 puntos], la atención [0-2 puntos] y el cálculo [0-5 puntos]) indica una mejor función cognitiva.
La ingesta media de tiamina fue de 0,93 mg/día, pero el umbral parecía ser una ingesta diaria de 0,68 mg. Por encima de 0,68 mg/día, cada aumento de una unidad diaria (1 mg/día) en la ingesta de tiamina se asoció con una caída significativa de 4,24 puntos en la puntuación cognitiva global. Dado que la puntuación cognitiva global oscila entre 0 y 27 puntos, una disminución de aproximadamente 4 puntos significa una disminución en la función cognitiva de al menos un 15%.
Estas asociaciones fueron más fuertes entre aquellos que eran obesos. Para explorar más a fondo el rango óptimo de tiamina en la dieta para mantener la función cognitiva, la ingesta se dividió en 0,4, 0,6, 0,8, 1, 1,2 y 1,4 mg/día. Esto demostró que el riesgo más bajo se asociaba con una ingesta de tiamina de 0,6 a menos de 1 mg/día.
También se observaron patrones similares después de tener en cuenta la ingesta diaria de otras vitaminas B (riboflavina y niacina) y otros alimentos, como la carne roja o procesada. Ninguna de las otras variables, incluida la edad, el sexo, el consumo de alcohol y la ingesta dietética de grasas, proteínas o carbohidratos, cambiaron significativamente los hallazgos.