Sufrir cáncer de próstata es un diagnóstico física y psicológicamente difícil de procesar. Los tratamientos y técnicas quirúrgicas son cada vez más específicos, menos lesivos, y con menos efectos adversos, pero aún queda camino por delante. Y persisten efecto adversos no deseados como la disfunción eréctil o incontinencia urinaria, a causa del tumor o como efecto secundario al tratamiento. En España, es el cáncer más frecuente entre los hombres, superando al cáncer de colon y pulmón.
Sin embargo, modificar los patrones nutricionales puede servir para mejorar significativamente el pronóstico. Así lo apunta un nuevo estudio publicado en la revista Cancer, a cargo de Stacy Loeb y sus colegas del departamento de Urología y Salud Poblacional de NYU Langone Health.
Según explican Loeb y sus colaboradores, limitar el consumo de carne y lácteos mientras se aumenta el consumo de frutas, verduras, cereales y frutos secos reduciría el riesgo de sufrir los efectos secundarios más dañinos del cáncer de próstata. En definitiva, un patrón dietético basado en plantas.
[Los siete alimentos que disparan el cáncer de próstata y los médicos españoles piden eliminar]
Ya en trabajos previos ha revelado que una dieta basada en plantas reduciría el riesgo de disfunción sexual en general. Pero no se había estudiado de forma específica en los casos de hombres con cáncer de próstata. Para esta investigación se usaron datos del Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud, el cual se inició en 1986 a cargo de la Escuela Chan de la Universidad de Harvard, y con más de 50.000 profesionales de la salud masculinos como participantes.
Como parte del proyecto, los hombres que fueron diagnosticados de cáncer de próstata durante el seguimiento, más de 3.500, respondieron un cuestionario cada cuatro años especificando qué alimentos comían y en qué cantidad. En otra encuesta, realizada cada dos años, se evaluó la frecuencia de la incontinencia, las dificultades para mantener una erección, los problemas intestinales, nivel subjetivo de energía y estado de ánimo, y otros muchos problemas de salud.
La mayoría de estos pacientes (más del 83%) habían recibido tratamiento para su cáncer de próstata, y todos tenían formas tempranas de la enfermedad que no se habían extendido a otros órganos. También se tuvieron en cuenta datos como el peso de los pacientes, su actividad física y otros factores de estilo de vida.
Se clasificaron a los pacientes en cinco grupos según la proporción de alimentos vegetales versus animales que consumían. Según los hallazgos del estudio, el quintil que consumía una mayor cantidad de alimentos vegetales también era el que poseía mejores parámetros de función sexual, entre un 8-11% superiores que el quintil que menos alimentos vegetales consumía.
Así mismo, se detectaron puntuaciones de hasta un 14% mejores en salud urinaria, con menores casos de incontinencia, obstrucción e irritación. También tenían puntuaciones de hasta un 13% más en salud hormonal. Como explica Loeb, "estos hallazgos ofrecen esperanza a quienes buscan formas de mejorar su calidad de vida. Agregar más fruta y verdura, reduciendo carne y lácteos, es una forma simple de mejorar la vida".
En general, comer grandes cantidades de cualquier alimento de origen vegetal mejoraba la salud sexual, salud urinaria y la vitalidad de los pacientes estudiados, independientemente de factores demográficos, estilo de vida u otros antecedentes médicos. Además, también se objetivaron mejorías en la salud intestinal, algo que podría deberse a la fibra dietética naturalmente presente en los alimentos vegetales.
Finalmente, Loeb y sus colegas destacan que este trabajo no carece de limitaciones: todos los hombres evaluados eran profesionales de la salud, de raza blanca, y de Estados Unidos. Por dicho motivo planean ampliar la investigación a grupos más diversos de pacientes, y teniendo en cuenta etapas más avanzadas de la enfermedad.