El condimento milenario de las abuelas en España que mejora tu memoria y evita su deterioro
Esun ingrediente que se puede utilizar en multitud de recetas y tiene numeros beneficios para nuestro organismo.
26 marzo, 2024 02:12En el mundo de la alimentación, hay ingredientes que van más allá de su papel en la cocina: son auténticos tesoros que han cautivado a culturas milenarias y siguen sorprendiendo a los científicos modernos. Entre estos tesoros, no podemos olvidar las especias. Son muchas, muy variadas, pero gran parte de ellas son más que una forma de añadir sabor y aroma a nuestros platos. Es el caso de la canela, que ha sido usada por el ser humano a lo largo de los siglos.
Desde los antiguos comerciantes de la Ruta de la Seda hasta los amantes de la gastronomía de hoy en día, la canela ha sido apreciada por su exquisito sabor y su capacidad para transformar incluso los platos más simples en experiencias culinarias inolvidables. Pero, ¿sabías que detrás de su fragante presencia se esconden también una serie de beneficios para la salud que han intrigado a médicos y científicos durante siglos?
La canela es una especia que se obtiene del árbol de canela, conocido científicamente como Cinnamomum zeylanicum, perteneciente a la familia de las lauráceas. Esta planta de hoja perenne produce una corteza interna que se extrae pelando y frotando las ramas más pequeñas. Posteriormente, esta corteza se enrolla y se deja secar para formar las conocidas ramas de canela.
El poder del cinamaldehído
En cuanto a su valor nutricional, la canela contiene proteínas, destaca por su contenido en hierro, calcio, zinc, potasio, selenio, vitamina B6 y C, así como su aroma y sabor característicos, proporcionados por compuestos como el cinamaldehído. Por la presencia de estos nutrientes, la canela se relaciona con propiedades beneficiosas para la salud, como antioxidantes, antiinflamatorias y potencialmente protectores contra enfermedades neurodegenerativas y ciertos tipos de cáncer.
Es precisamente el cinamaldehído uno de los compuestos que ha investigado un equipo de la Universidad de Ciencias Médicas de Birjand (Irán). En el estudio, se concluye que incluir la canela en nuestra dieta puede ser de gran ayuda para evitar o retrasar este riesgo, gracias a su contenido en cinamaldehído, que es, además, el compuesto orgánico responsable de su sabor y de su olor.
Publicado en la revista Nutritional Neuroscience Journal, para llevarlo a cabo se revisaron meticulosamente 2.605 estudios sobre la canela provenientes de diversas fuentes como PubMed, Scopus, Google Scholar y Web of Science, lograron identificar 40 estudios que cumplían con los criterios necesarios para su análisis. Encontraron que los componentes naturales de la canela, como el eugenol, el cinamaldehído y el ácido cinámico, mostraron tener un efecto positivo en la función cognitiva.
De hecho, algunos estudios analizados sugirieron que estos elementos podrían no solo prevenir, sino también reducir el deterioro de nuestras habilidades mentales. Un estudio particularmente interesante se centró en adolescentes y reveló que masticar chicle de canela no solo mejoraba su memoria, sino que también reducía su ansiedad.
Envejecimiento y alzhéimer en España
Los resultados puede resultar prometedores para avanzar en la prevención y tratamientos de patologías relacionadas con el deterioro cognitivo. Según la Fundación Pasqual Maragall, entidad privada sin ánimo de lucro dedicada a la investigación científica del Alzheimer, enfermedad que padece el político catalán, en España, más de 900.000 personas están afectadas por demencia, siendo la enfermedad de Alzheimer la causa más frecuente, representando entre el 60% y el 70% de los casos.
Este trastorno impacta a uno de cada diez individuos mayores de 65 años y a aproximadamente un tercio de las personas mayores de 85 años. Con la esperanza de vida en constante aumento, resultado de avances significativos en la medicina, la tecnología, la nutrición y las condiciones de vida en genera, la Sociedad Española de Neurología (SEN), prevé que en 2050 se alcanzarán los dos millones de afectados.
Por ese motivo, cualquier avance en las investigaciones es tomado siempre de forma muy positiva. En cualquier caso, hay evidencias sólidas que respaldan la influencia positiva de los hábitos de vida saludables, como evitar el tabaquismo, controlar los factores de riesgo cardiovascular como la presión arterial alta y el colesterol elevado, mantener una dieta equilibrada como la mediterránea, realizar ejercicio físico regularmente, mantener un peso saludable, cuidar la salud mental, mantenerse socialmente activo, practicar habilidades cognitivas, evitar lesiones en la cabeza, tratar la pérdida auditiva y limitar el consumo de alcohol.