El tamarindo es una fruta tropical que crece en los árboles del género Tamarindus. Es originaria de África, pero se cultiva en muchas regiones tropicales alrededor del mundo. El fruto es una vaina que contiene una pulpa pegajosa y ácida que rodea las semillas. Esta pulpa se utiliza comúnmente para hacer bebidas, dulces, salsas y condimentos en muchas cocinas del mundo, especialmente en Asia, América Latina y el Caribe.

Su pulpa tiene un sabor ligeramente ácido y agridulce que añade profundidad a una variedad de platos en distintas cocinas del mundo. En México, se emplea en aguas frescas, dulces y salsas picantes. En India, es un ingrediente esencial en curris y chutneys. En Tailandia, se utiliza en platos agridulces como el Pad Thai. Su versatilidad culinaria lo convierte en un elemento interesante para agregar complejidad de sabor a diversas recetas.

A pesar de su popularidad en otras latitudes, su consumo en España es relativamente bajo. No obstante, y pese a su todavía poca presencia, es posible encontrar productos que lo contienen en tiendas especializadas en alimentos internacionales o exóticos. Y sus valores nutricionales lo convierten en un producto recomendable que no estaría de más introducir en nuestra dieta. 

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En 100 gramos de producto, encontramos 240 calorías, 63 g de carbohidratos, 5 g de fibra -más que los 3 g del kiwi- y una cantidad mínima de grasa, alrededor de 1 mg Además, ofrece 6 mg de vitamina C y 570 mg de potasio -más que los 358 mg del plátano. A ello se le unen proporciones variables de magnesio, hierro, calcio, fósforo, cobre, selenio y varias vitaminas del complejo B, como la B1, B2, B3, B5 y B6, así como vitamina C y vitamina K. 

Tamarindo

Aminoácidos para los tejidos

Entre los potenciales beneficios se encuentra su capacidad para promover la salud de los tejidos. Los aminoácidos esenciales presentes en el tamarindo son fundamentales para el crecimiento y la reparación de los tejidos corporales. Este fruto, con excepción del triptófano, contiene cantidades significativas de todos los aminoácidos esenciales según los estándares de la Organización Mundial de la Salud.

Antioxidantes contra los radicales libres

El tamarindo es rico en antioxidantes, como el betacaroteno y otros fitoquímicos. Estos compuestos pueden ayudar a combatir el daño celular causado por los radicales libres, reduciendo así el riesgo de enfermedades como el cáncer. Investigaciones sugieren que los antioxidantes presentes en el tamarindo podrían desempeñar un papel importante en la prevención de diversos tumores, aunque se necesitan más estudios para confirmar estos efectos.

Cerebro en buen estado

En el ámbito de la salud cerebral, el tamarindo destaca por su contenido de vitaminas del complejo B, especialmente tiamina y folato. Estas vitaminas son esenciales para el funcionamiento adecuado del cerebro y el sistema nervioso. Aunque el tamarindo no contiene vitamina B12, su riqueza en otras vitaminas B lo convierte en un aliado potencial para mantener la salud cognitiva a lo largo de la vida.

Magnesio para los huesos

El tamarindo es una fuente destacada de magnesio. Este mineral esencial desempeña un papel fundamental en la formación y fortaleza de los huesos, colaborando estrechamente con el calcio presente en el tamarindo. Esta combinación de minerales puede contribuir significativamente a mejorar la densidad ósea y prevenir condiciones como la osteoporosis, una enfermedad caracterizada por la disminución de la densidad ósea y el aumento del riesgo de fracturas óseas.

Colesterol y presión arterial

Un estudio realizado en ratas adultas investigó los efectos del tamarindo en los niveles de colesterol y triglicéridos. Los resultados revelaron que el extracto de tamarindo ayudó a reducir los niveles de colesterol total en la sangre, así como las concentraciones de lipoproteínas de baja densidad y triglicéridos. Además, las ratas tratadas con extracto de tamarindo mostraron un aumento en los niveles de colesterol HDL, conocido como "colesterol bueno", junto con una disminución en la masa corporal y una mejora en el sistema antioxidante endógeno.