La pasta se come en todo el mundo. Pero en ningún sitio se elabora ni se cocina como en Italia. O, al menos, esa es la fama que ha ganado el país de la bota. Esta medalla se debe a diversos factores, pero uno de ellos, quizás el más importante, es la variedad de salsas con las que se acompaña los platos: boloñesa, amatriciana, carbonara o napolitana. Una de las más populares es la salsa pesto, caracterizada por ese color verde y un aroma muy intensa, elaborado con albahaca, una hierba muy saludable con propiedades antioxidantes y múltiples vitaminas y minerales.
Conscientes de la popularidad de esta salsa, Mercadona ofrece una ‘Salsa de pesto con albahaca fresca’ de la marca Hacendado. Distribuido por la empresa italiana, como no podía ser de otra manera, Formec Biffi, se presenta en un envase de 150 g. Si nos fijamos en sus ingredientes, la gran protagonista es la albahaca (24%). Le acompañan aceite de oliva, aceite de semillas de girasol, anacardos, queso rallado (3%), sal, piñones (2%), mantequilla, ajo deshidratado, corrector de acidez y algunos antioxidantes y conservantes.
En cuanto a sus valores nutricionales, en 100 g de producto, encontramos 560 calorías, 57 g de grasas, 6,2 g de hidratos de carbono (de los cuales 1,1 g de azúcares), 4,9 g de proteínas y 2,5 g de sal. A simple vista, encontramos algunas cuestiones interesantes, una cifra bastante elevada de calorías que, sin duda, se debe a su alto contenido en aceite, y un relativo bajo nivel de azúcares. Eso sí, aunque su contenido en sal no es tan alto como en otras salsa, es conveniente no añadirla mientras se cuece la pasta para evitar un contenido excesivo de sodio.
Ayuda a prevenir enfermedades
Más allá de las características de este producto de Hacendado, lo cierto es que el pesto se considera una salsa cuyo consumo, siempre moderado, puede ser beneficioso para la salud. Entre estos beneficios, destacan las propiedades antioxidantes, una característica que debe a algunos de sus ingredientes clave, como la albahaca, el aceite de oliva, el ajo y los piñones.
Como hemos dicho, y además se puede observar por el color del pesto,la albahaca, es el ingrediente principal de esta salsa. En términos de nutrición, esta hierba es una fuente rica en antioxidantes, incluyendo flavonoides y polifenoles. Estos compuestos juegan un papel crucial en la protección de nuestras células contra el estrés oxidativo, un proceso vinculado al envejecimiento prematuro y a una variedad de enfermedades crónicas, como las enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer.
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La combinación de albahaca con aceite de oliva, una característica distintiva del pesto, potencia aún más sus beneficios para la salud. Se ha demostrado que el aceite de oliva aumenta la absorción de los antioxidantes presentes en la albahaca, lo que significa que nuestro cuerpo puede aprovechar al máximo sus propiedades protectoras.
Una fuente de vitaminas
Pero hay más en la albahaca que solo antioxidantes. Dentro de sus hojas se encuentran aceites esenciales, como el eugenol, conocido por sus propiedades antiinflamatorias. Esta cualidad no solo puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor en el cuerpo, sino que también puede tener efectos positivos en la salud general, ya que la inflamación crónica se ha relacionado con una serie de enfermedades.
Además de su contenido antioxidante y antiinflamatorio, la albahaca es una fuente valiosa de vitaminas esenciales. La vitamina A y la vitamina C son conocidas por su papel en el apoyo al sistema inmunológico, lo que nos ayuda a defendernos de enfermedades e infecciones. Por otro lado, la vitamina K desempeña un papel crucial en la salud ósea y en el proceso de coagulación sanguínea, lo que contribuye a la salud cardiovascular.
Además de esas propiedades antioxidantes tan características de la albahaca, es su alto contenido en potasio. Un mineral que, es bien sabido, cumple importantes funciones en nuestro organismo. Entre ellas, su papel clave en el mantenimiento del equilibrio de líquidos dentro y fuera de las células, esencial para el funcionamiento celular y la salud general.
También es crucial para la conducción nerviosa y la contracción muscular, asegurando la eficiencia de los impulsos nerviosos y la función motora del cuerpo. Además, contribuye a la formación y fortaleza ósea, regula la presión arterial y reduce el riesgo de hipertensión.