El consumo de carne sigue excediendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el mundo occidental, y España no es la excepción. Hoy en día sabemos que la combinación de proteína animal y vegetal sería la mejor opción, ya que la carne roja contiene algunos potenciales perjuicios.
La carne roja posee nutrientes como el hierro hemo o las grasas saturadas, cuyo consumo es necesario pero que en exceso son fuentes de enfermedades crónicas. A todo ello debemos añadir el amoníaco, un producto de desecho secundario al consumo de proteínas -en especial las animales- cuyos niveles se ven influenciados tanto por la dieta como por la microbiota intestinal.
Ahora, un nuevo estudio a cargo de la Facultad de Medicina de la Universidad Virginia Commonwealth y el Centro Médico VA de Richmond, cuyos resultados se han publicado en la revista Clinical and Translational Gastroenterology, vuelve a poner el foco en el en este último compuesto. Una sola comida sin carne basta para reducir los niveles de amoníaco tóxico y sería beneficioso de cara a la enfermedad hepática avanzada.
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La salud del hígado está en juego
Los niveles elevados de amoníaco en sangre ya se habrían relacionado con la cirrosis o degeneración del hígado, además de un tipo de deterioro cognitivo conocido como encefalopatía hepática. Además, estos niveles se ven influenciados por la dieta y el equilibrio del microbioma intestinal. Estudios anteriores apuntan que una dieta vegetariana mejora los problemas cognitivos asociados a la cirrosis.
Así pues, el gastroenterólogo Jasmohan Bajaj de la Virginia Commonwealth University (VCU) junto a un equipo internacional de investigadores investigaron si un cambio dietético temporal tendría algún impacto en la relación entre dieta, amoníaco y cirrosis. El amoníaco es producido por las bacterias intestinales tras la digestión alimentaria: se procesa en el hígado, se envía a los riñones y se excreta por la orina.
Sin embargo, un hígado dañado no puede procesar este amoníaco, y sus niveles pueden aumentar peligrosamente en la sangre, provocar toxicidad e incluso afectar al cerebro. Si alcanza el riego cerebral, terminará dando lugar a alteraciones cognitivas, confusión y delirio. Puede incluso provocar un coma por encefalopatía hepática en algunos casos, algo que puede ser potencialmente mortal sin tratamiento.
La 'dieta occidental', caracterizada por comidas ricas en carbohidratos, carnes rojas y carne procesada al tiempo que es escasa en fibra, se han relacionado con los elevados niveles de amoníaco. Por tantro, realizar cambios a nivel dietético sería una buena forma de evitar llegar a un punto de no retorno, sobre todo en el caso de pacientes con grave afectación hepática.
El estudio
Se realizó un pequeño ensayo clínico con 30 pacientes adultos diagnosticados de cirrosis y tratados en el Centro Médico VA de Richmond. Los dividieron en tres grupos de 10 personas para comer tres tipos de hamburguesas: una de cerdo o ternera, otra hecha de un sustituto de carne vegano y una hamburguesa vegetariana de frijoles. Cada hamburguesa contenía 20 gramos de proteína, representando la cantidad habitual de una comida occidental típica. Además, también consumieron patatas fritas bajas en grasa, pan integral y agua.
Inicialmente los pacientes tenían perfiles de microbioma similares, pero el tipo de comida sí afectó a sus niveles de amoníaco de forma diferente. Según las muestras de sangre y orina tomadas antes y después de las comidas, las diferencias fueron notables. Apenas una hora después de comer, las muestras revelaron que los participantes que comieron la hamburguesa de carne tenían más aminoácidos asociados a la producción de amoníaco y encefalopatía hepática.
Aunque estosresultados son preliminares, los autores del estudio sugieren que los médicos deberían alentar a sus pacientes a sustituir la carne con fuentes de proteína de origen vegetal o lácteo si tienen problemas de hígado. En estos casos, un experto en nutrición debería proporcionarles información sobre qué alimentos son mejores para aquellos pacientes con diagnóstico de cirrosis, los cuales aún necesitan consumir proteínas como parte de una dieta saludable, pero mejorando sus elecciones.
"La principal conclusión fue qu saltarse la carne en una sola comida puede tener beneficios para los pacientes. Un simple cambio podría ser un método sencillo y accesible para reducir la generación de amoníaco", apunta Bajaj, que recuerda que la cirrosis es la novena causa de mortalidad en los países industrializados.