El ingrediente típico de las hamburguesas en España que el triple de vitamina C que la naranja

En el corazón de Euskadi, específicamente en Guipúzcoa, se cultiva la piparra, denominada por algunos como el jalapeño español aunque las hay dulces si uno no resiste el picante, bajo condiciones climáticas particulares que favorecen su desarrollo único.

La región, conocida por su baja altitud y clima húmedo y templado, ofrece el ambiente ideal para estas guindillas. Su cultivo se realiza meticulosamente a mano, preservando la integridad del pedúnculo durante la recolección, lo cual es crucial para mantener su frescura y calidad.

Estas guindillas destacan en la dieta por su alto contenido de vitamina C, superando incluso a muchos cítricos contando con unos 142 miligramos de este nutriente cada 100 gramos mientras que las naranjas tienen 53,2.

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Este micronutriente es esencial para el fortalecimiento del sistema inmunológico, la reparación de tejidos y la absorción de hierro. Además, son una fuente considerable de antioxidantes como los carotenos, los cuales desempeñan un papel vital en la prevención del estrés oxidativo y en la promoción de la salud visual.

También son bajas en calorías ya que por cada 100 gramos solamente tienen 32,4 calorías. En cuanto a sus macronutrientes, aportan 7 gramos de hidratos de carbono, dos de fibra, 0,6 de grasas y 0,9 de proteínas.

Según estudios científicos como el publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, que examina los antioxidantes en la dieta, como la vitamina C, los carotenoides y los polifenoles, estos pueden reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

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Esta investigación encontró que los antioxidantes ayudan a prevenir la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad (LDL), un proceso que contribuye al desarrollo de aterosclerosis. Además, un metaanálisis publicado en The Lancet compiló datos de varios estudios y concluyó que una mayor ingesta de frutas y verduras, ricas en antioxidantes naturales, está asociada con un riesgo reducido de enfermedades cardíacas coronarias.

Aunque las piparras son menos picantes que los jalapeños, contienen capsaicina en niveles moderados, lo que les confiere propiedades antiinflamatorias y analgésicas. Investigaciones han demostrado que la capsaicina puede ser eficaz en el alivio del dolor asociado a condiciones como la artritis y otras enfermedades inflamatorias, además de potenciar el metabolismo, lo que puede ser beneficioso en la gestión del peso.

Además, la fibra dietética presente en este alimento vasco promueve la salud gastrointestinal al mejorar la digestión y prevenir el estreñimiento. Este componente es fundamental para mantener un tránsito intestinal regular, lo cual es esencial para la prevención de enfermedades digestivas crónicas como el síndrome del intestino irritable y la enfermedad diverticular.

Repleta de vitaminas y antioxidantes

Investigaciones realizadas en el ámbito de la nutrición y la salud han evidenciado que el consumo regular de este tipo de guindilla puede contribuir significativamente a la prevención de enfermedades crónicas. De hecho, una revisión publicada en el Journal of Food Science and Nutrition revela que el alto contenido de vitaminas y antioxidantes en las piparras puede reducir el riesgo de enfermedades degenerativas como el cáncer y la diabetes tipo 2.

Desde un punto de vista nutricional, se pueden consumir en estado fresco o ligeramente procesadas, como en salteados o encurtidos, forma en la que maximizan la conservación de sus nutrientes esenciales. Las técnicas de cocción suave y corta duración son preferibles para preservar sus propiedades antioxidantes y vitamínicas.

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Por si fuera poco, ecológicamente, el cultivo de esta guindilla en Euskadi es un ejemplo de agricultura adaptada a condiciones geográficas y climáticas específicas, lo que no solo asegura la calidad del producto, sino que también contribuye a la biodiversidad agrícola de la región.

Las prácticas de cultivo sostenibles y el respeto por las técnicas tradicionales de agricultura aseguran la perpetuación de esta variedad autóctona, cuyo manejo agrícola es un reflejo del compromiso de la comunidad con la preservación ambiental y la sostenibilidad.

Además, la denominación de origen protegida "Guindillas de Ibarra" garantiza que las piparras vendidas bajo este nombre cumplen con normas estrictas de calidad y autenticidad, apoyando así la economía local y manteniendo el patrimonio cultural.