La dieta y la nutrición juegan un papel fundamental en la prevención y manejo de la inflamación crónica, y las frutas ofrecen una gama de nutrientes esenciales que pueden contribuir significativamente a este fin.
Entre las frutas más eficaces en la lucha contra la inflamación, los frutos rojos como las fresas, moras y arándanos se destacan por su alta concentración de antioxidantes; y no lo decimos nosotros, sino expertos de Harvard.
Estas bayas son ricas en antocianinas y ácido elágico, compuestos que han demostrado tener potentes efectos antiinflamatorios y antioxidantes en diversas investigaciones.
[El desayuno que triunfa en Mercadona: reduce la inflamación y lo aconseja la nutricionista Moñino]
Por ejemplo, un estudio publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry resalta que el consumo regular de estas frutas puede reducir los riesgos de enfermedades cardíacas, alzhéimer y diabetes, gracias a sus propiedades que combaten la inflamación y el estrés oxidativo.
Lo cierto es que la inflamación es una respuesta defensiva natural del cuerpo frente a agresiones como infecciones o lesiones, pero cuando se convierte en crónica, se transforma en un factor de riesgo para la salud.
Desde el punto de vista nutricional, una dieta desequilibrada, rica en alimentos procesados, azúcares refinados y grasas saturadas, puede fomentar esta inflamación crónica.
Además, la falta de nutrientes esenciales que combaten la inflamación, como los antioxidantes y fibra presentes en frutas y verduras, puede agravar el problema. Cuando es persistente, está vinculada a numerosas enfermedades crónicas incluyendo diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y obesidad. La buena noticia es que además de los frutos rojos, existen más alimentos con la capacidad de aliviar esta hinchazón.
Manzanas y naranjas
Las manzanas son reconocidas no solo por su versatilidad y sabor, sino también por sus beneficios para la salud, especialmente en el contexto de la inflamación. Un amplio estudio publicado en el Journal of Nutrition que incluyó a casi 35.000 mujeres encontró que el consumo regular de manzanas y peras estaba asociado con una reducción en el riesgo de muerte por enfermedades cardíacas.
Los investigadores atribuyen estos beneficios a la rica presencia de fibra, vitamina C, pectina y una variedad de polifenoles en estas frutas, que actúan sinérgicamente para reducir la inflamación y mejorar la salud intestinal al fomentar una microbiota beneficiosa.
Las cerezas son particularmente valoradas por su contenido de compuestos fenólicos que poseen propiedades antiinflamatorias. Estudios como uno publicado en Arthritis & Rheumatology han demostrado que el consumo de esta fruta puede disminuir significativamente los niveles de marcadores inflamatorios en el cuerpo, además de reducir el dolor y las molestias musculares post-ejercicio y la frecuencia de ataques de gota en individuos susceptibles.
[Esta es la mejor naranja para zumo: un 'tesoro' de vitamina C en España que recomiendan tomar más]
Entre las frutas cítricas, las naranjas, pomelos, limones y limas destacan por su alto contenido de vitamina C y fitoquímicos como flavonoides y carotenoides, conocidos por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
Aunque la investigación directa en humanos es limitada, estudios en modelos animales y análisis celulares indican que estos compuestos pueden reducir la inflamación y ofrecer protección contra enfermedades cardíacas, como se describe en estudios del American Journal of Clinical Nutrition.
La granada es otra fruta impresionante en términos de sus propiedades antiinflamatorias debido a su alto contenido de antocianinas y resveratrol.
Investigaciones publicadas en la revista Nutrients sugieren que estos componentes no solo reducen la inflamación, sino que también pueden mejorar la salud cardiovascular y prevenir varios tipos de cáncer debido a sus efectos antioxidantes.
Además, las uvas, especialmente las rojas, contienen resveratrol, un polifenol que ha sido ampliamente estudiado por sus efectos beneficiosos en la salud cardiovascular y su capacidad para moderar la inflamación sistémica.
Fibra y salud digestiva
De este nutriente habla en concreto una investigación publicada en el Journal of Translational Medicine que encontró que el resveratrol puede reducir los marcadores de inflamación en el cuerpo, ofreciendo así protección contra diversas enfermedades crónicas.
Además de estos nutrientes específicos, la fibra presente en todas estas frutas juega un papel crucial en la regulación de la respuesta inflamatoria del cuerpo. En concreto, la fibra dietética ayuda a promover un sistema digestivo saludable, facilita la eliminación regular de toxinas y puede modular la actividad de los microbios intestinales que influyen en la inflamación y la inmunidad, según estudios en el World Journal of Gastroenterology.
Es fundamental, sin embargo, integrar estas frutas dentro de un estilo de vida saludable que también incluya ejercicio regular, manejo del estrés y suficiente descanso, como recomiendan los expertos de Harvard.
Estos hábitos pueden amplificar los beneficios antiinflamatorios de las frutas y contribuir a una salud óptima y una mejor calidad de vida. Así, al adoptar un enfoque que combine una alimentación rica en este tipo de frutos con otros hábitos saludables, se puede maximizar el potencial de salud y bienestar. Además de funcionar como prevención eficaz contra futuras complicaciones de salud asociadas con la inflamación crónica.