El salmorejo, con su sabor fresco y su textura cremosa, representa una parte fundamental de la gastronomía española, especialmente en las regiones del sur como Andalucía. Con cierto parecido a otro plato tradicional andaluz, como es el gazpacho, el salmorejo es una excelente y fresca opción para los meses de calor. Aunque lo ideal es elaborarlo en casa con ingredientes naturales y a nuestro gusto, existen interesantes alternativas comerciales, como el Salmorejo fresco Hacendado.
Disponible en Mercadona por 3,15€ y elaborado la empresa almeriense Cítricos del Andarax, en los ingredientes de este salmorejo encontramos tomate, aceite de oliva virgen extra (8%), pan (harina de trigo, agua, sal y levadura), aceite de girasol, vinagre de vino, sal y ajo, siguiendo -según el etiquetado- la receta tradicional. Obviamente, por la presencia de harina de trigo, no es adecuado para las personas que siguen una dieta sin gluten.
Desde el punto de vista nutricional, en 100 ml de producto encontramos 134 calorías. A ellas se les unen 10 g de grasas (de las cuales, 1,4 g), 9,5 g de hidratos de carbono (de los cuales 2,1 g de azúcares), 1,5 g de proteínas y 0,95 g de sal. Destacan sus bajos niveles de grasas y de azúcares, dos características que podemos señalar como saludables. Además, por los ingredientes con los que se elabora, también contiene minerales como el potasio o el sodio, licopenos (antioxidantes) presentes en el tomate, los polifenoles del aceite de oliva que favorecen la salud cardiovascular, y las vitaminas C, E y del grupo B, así como el ácido fólico.
Fresco y saludable
Además de su excelente sabor, el salmorejo destaca por ser una receta muy saludable. Entre sus beneficios, fortalece la salud del corazón y previene los riesgos de contraer una enfermedad cardiovascular gracias a los ácidos grasos del aceite y al efecto vasodilatador del ajo. Es una opción versátil que puede servir como primer plato, acompañamiento o salsa, sustituyendo opciones con más calorías. En épocas de calor, ayuda a reponer líquidos y nutrientes esenciales como el sodio y el potasio.
Además, el salmorejo aporta hierro y vitaminas. Actúa sobre el colesterol bueno y reduce la presión arterial. Gracias a su contenido en fibra vegetal, favorece el funcionamiento intestinal y es recomendable para personas que sufren de estreñimiento. Por último, su alto contenido en antioxidantes, como los polifenoles, el licopeno y la vitamina E, ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro.
Precisamente en esas propiedades antioxidantes juega un papel fundamental su principal ingrediente: el tomate. Tal como explica la Fundación Española del Corazón, se trata de un ingrediente excepcionalmente saludable que puede ayudarnos a mantener nuestro organismo en buen estado y a prevenir muchas enfermedades. “El consumo habitual de esta hortaliza puede prevenir el cáncer y las enfermedades cardiovasculares”, señalan desde la entidad.
El poder antioxidante del tomate
Son muchos los compuestos que hacen del tomate un alimento tan saludable. Pero uno de ellos, quizás el que más, es el licopeno, un carotenoide responsable de la característica coloración roja del tomate y sus productos derivados. Este se sintetiza exclusivamente por plantas y microorganismos y una de sus funciones es la de absorber la luz durante la fotosíntesis, protegiendo a la planta contra la fotosensibilización. En el tomate representa el 80-90% del total de carotenoides presentes
A pesar de carecer de actividad provitamina A, el licopeno es un poderoso antioxidante, incluso más potente que otros antioxidantes como el beta-caroteno. Como antioxidante, actúa como un agente protector para las células del cuerpo humano al neutralizar los radicales libres, que son moléculas inestables que pueden causar daño oxidativo a las células y contribuir al envejecimiento prematuro y al desarrollo de diversas enfermedades crónicas, como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, al reducir la inflamación y el estrés oxidativo en el organismo.
El licopeno también se ha relacionado con otros beneficios para la salud que abarcan varios aspectos del bienestar humano. Por ejemplo, se ha observado que el licopeno puede fortalecer el sistema inmunológico al ayudar a combatir la inflamación y proteger las células del daño oxidativo, lo que contribuye a una respuesta inmune más efectiva contra enfermedades y patógenos.
Además, se ha sugerido que puede contribuir a mejorar la salud ocular, ya que ayuda a proteger los ojos del daño oxidativo causado por la exposición a la luz solar y otros factores ambientales. Esto puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades oculares relacionadas con la edad, como la degeneración macular y las cataratas, y promover una visión óptima a lo largo del tiempo.
Por tanto, agregar tomates frescos o alimentos derivados de ellos, como el salmorejo, a nuestra dieta diaria es una forma sencilla y deliciosa de aumentar la ingesta de licopeno. Al hacerlo, podemos aprovechar al máximo los beneficios antioxidantes de este compuesto y contribuir a mantener nuestra salud y bienestar a largo plazo.