El yogur natural es uno de los alimentos más baratos y que gozan de mejor fama de todos los que podemos encontrar en las estanterías de los supermercados en España. Sin embargo, ni todos los yogures son iguales ni todos son igual de recomendables desde el punto de vista de la salud. De hecho, muchos de ellos están cargados de azúcar, tal y como han denunciado algunas investigaciones científicas en los últimos años. 

Sea como fuere, lo cierto es que en España existe una costumbre muy habitual entre el grueso de la población. Uno va a la nevera, coge su yogurcito, abre la tapa y, acto seguido, observa el líquido que éste contiene en su interior y lo arroja sin miramientos al fregadero. En realidad, se trata de un gesto equivocado si tenemos en cuenta que es un elemento que está cargado de nutrientes beneficiosos para nuestro organismo. 

Lo revelaba el nutricionista Pablo Ojeda durante una intervención en el programa Más vale tarde de La Sexta, que subió hace unas semanas a su cuenta de Instagram. "Yo siempre quito el liquidillo del yogur, ¿me estoy perdiendo algo?", preguntaba un espontáneo durante la sección de consultas del programa. 

La respuesta del nutricionista era meridianamente clara: "¡Te estás perdiendo lo mejor! Lo más interesante del yogur precisamente es el liquidillo, porque ahí es donde está la gran cantidad de las proteínas, de los aminoácidos". Y añadía: "La gente que va al gimnasio, estos que se toman la proteína whey… La proteína whey es la proteína de ese liquidillo liofilizada. Por lo tanto… ¡sorbito de yogur!". 

Hace algún tiempo, Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos también explicó en sus redes sociales qué contenía esta popular sustancia y por qué era buena tomarla. "El líquido del yogur es suero formado por agua y nutrientes (proteínas, minerales, lactosa, etc). Se puede comer sin problema (de hecho, se utiliza para elaborar ‘whey’, que en inglés significa ‘suero lácteo’, la proteína que se ha puesto de moda entre deportistas)". 

Lurueña también explicaba que esta sustancia aparecía debido al proceso de fabricación y al movimiento del yogur durante la fermentación o el transporte. Esto produce "la liberación de este líquido que estaba retenido en el coágulo, que es la red tridimensional de proteínas que constituye el yogur (imaginad que es una esponja cargada con agua, que libera este líquido al apretarla)", ejemplificaba el experto.

El doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos concluía, como el nutricionista Ojeda que, "como tiene muchos nutrientes, conviene no tirarlo por el fregadero" y sí ingerirlo.