Expertos en nutrición han advertido en una jornada de la Universidad Católica de Valencia (UCV) sobre los principales peligros de las dietas cetogénicas - también llamada 'dieta keto'- para el público en general. No obstante, han reconocido los beneficios de su correcta aplicación y sus "grandes resultados" en pacientes con enfermedades neurodegenerativas.
En esta dieta, el aporte de las calorías que una persona necesita al día reduce las kilocalorías que dependen de los hidratos de carbono, aumentando el que aportan las grasas. En la sesión han participado José Enrique de la Rubia, vicedecano del grado en Nutrición; Guillermo Bargues, enfermero y dietista nutricionista; la doctora Lucía Redondo, directora del equipo Redondo Cuevas, y José Espinosa de Herbolario Navarro, informa la institución académica.
"Existe tanto interés por las dietas cetogénicas a causa de la desinformación, y esto puede llegar a ser muy peligroso", ha manifestado De la Rubia. "Al ser una dieta con mucha grasa, si no la planifica una persona clínica y con una base científica, pueden aparecer problemas como la hiperlipidemia, problemas gastrointestinales e incluso, si es muy severa, provocar una falta de minerales o de vitaminas que a la larga puede ser muy perjudicial para la salud".
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Por tanto, concluye el experto, "no todas las personas pueden seguir una dieta de esas características, ni todas las personas la necesitan. Además, siempre han de estar supervisadas por profesionales". Entre sus beneficios cuando se aplica correctamente, esta dieta reporta una pérdida de peso en pacientes con obesidad y provoca cambios en la composición corporal. También se produce una pérdida de masa grasa.
En condiciones normales, nuestro organismo obtiene la energía de los hidratos de carbono. Por eso, en las condiciones de baja disponibilidad que reporta esta dieta, la producción de energía en las células se obtiene de las grasas. Así se producen cuerpos cetónicos (compuestos metabólicos generados como respuesta a la falta de reservas de energía), ocasionando un estado de cetosis que tiene efecto anorexígeno o de reducción del apetito.
Por otro lado, puede dar lugar a una mejora de la sensibilidad a la insulina y los valores de glucemia (azúcar en sangre). De hecho, en pacientes con diabetes mellitus la reducción del aporte de hidratos mejora el perfil de glucemia, más aún si se reduce el aporte calórico diario. Asimismo, se ha propuesto una disminución de la inflamación y del estrés oxidativo.
Para pacientes con neurodegeneración
El investigador de la UCV ha expuesto los progresos que estas dietas suponen para los pacientes con enfermedades neurodegenerativas. "Siempre utilizamos dietas cetogénicas en los proyectos que nuestro grupo de investigación ha liderado con pacientes de alzhéimer, párkinson, esclerosis múltiple y ELA, porque entendemos que son buenas para paliar el hipometabolismo que sufren estos pacientes y frenar la progresión de la neurodegeneración".
"En este tipo de patologías, al no utilizar eficientemente la glucosa como fuente de energía para las neuronas, hay que proporcionarles otra de la que sí hay evidencia científica de su aprovechamiento, y esta es la de los cuerpos cetónicos", ha explicado. "De esta manera se consigue mejorar aspectos como la actividad del glutamato a nivel sináptico o disminuir la neuroinflamación y el estrés oxidativo, que son muy importantes en todas estas patologías".