Suele aparecer en las mayoría de mezclas de pimienta o como infusión, y es fácil de detectar por su color. Nos referimos a la pimienta rosa (Schinus terebinthifolius), también conocida como comúnmente como aroeira o pimentero brasileño. A pesar de su nombre, se trata realmente de las bayas maduras de los árboles de pimienta brasileña, que pertenecen a la familia del zumaque.

Originaria de América del Sur, la pimienta rosa se ha considerado un remedio natural versátil y eficaz en la medicina tradicional. Uno de los usos más comunes es para bajar la fiebre, gracias a sus propiedades antipiréticas. También se ha utilizado de forma tradicional para tratar infecciones urinarias, beneficiándose de sus efectos diuréticos y antimicrobianos.

Por cada 100 gramos, la pimienta rosa proporciona un valor energético de 251 kcal. En cuanto a su contenido en grasas, posee 3,3 g, de las cuales 1,4 g son grasas saturadas. Es una fuente significativa de hidratos de carbono, con 64 g, incluyendo 0,6 g de azúcares. Y al estar libre de sodio, es una opción idónea para sazonar platos si tenemos restringido el consumo de sal.

Su contenido en fibra alimentaria es notablemente alto, con 25 g. Aporta también 10 g de proteínas, lo que la convierte en una opción interesante para quienes buscan incrementar su ingesta proteica a través de especias. En cuanto a minerales, contiene 9,7 mg de hierro, 1329 mg potasio, 443 mg de calcio y 171 mg de magnesio.

Schinus terebinthifolius Mauricio Mercadante Flickr.

Propiedades terapéuticas

La composición química de la pimienta rosa es lo que la hace tan valorada desde un punto de vista medicinal. Los flavonoides presentes en la planta tienen reconocidas propiedades antiinflamatorias, ayudando a reducir la inflamación y aliviar dolores asociados con condiciones como el reumatismo.

Las saponinas, por otro lado, contribuyen con sus efectos diuréticos, favoreciendo la eliminación de líquidos y toxinas a través de la orina, lo que es beneficioso en el tratamiento de infecciones urinarias.

Los terpenos y taninos son otros componentes importantes de la pimienta rosa. Los terpenos, conocidos por sus propiedades antimicrobianas, ayudan a combatir diversas infecciones, mientras que los taninos tienen efectos astringentes que pueden acelerar el proceso de cicatrización de heridas y mejorar la salud de la piel.

Estos compuestos hacen de la pimienta rosa un recurso multifacético en la medicina natural, capaz de abordar una variedad de problemas de salud. también contienen pinene, un compuesto natural que actúa como repelente de insectos y que se encuentra en coníferas, cáscaras de cítricos y cannabis.

Este último compuesto le da a la pimienta rosa su fuerte aroma a pino y cítricos, junto con sabores herbales, florales y cítricos. Aunque pueden ser picantes de una manera más parecida a los chiles que a la pimienta tradicional, estos sabores combinan excelentemente con una variedad de ingredientes como canela, cardamomo, clavos, jengibre, menta, lavanda y más.

Cómo usar la pimienta rosa

La parte más utilizada de la pimienta rosa es la cáscara, que puede ser preparada de diversas maneras para aprovechar sus beneficios medicinales. Una de las formas más comunes es mediante la elaboración de té. Para prepararlo se hierve la cáscara de la pimienta rosa en agua, permitiendo que los compuestos activos se liberen y se puedan ingerir fácilmente.

En muchas ocasiones, la pimienta rosa es combinada con otras variedades de pimienta y especias. Esta mezcla resulta interesante para todo tipo de recetas, desde las ensaladas más frescas hasta los platos de carnes y pescados más sustanciosos. Su sabor es particular: dulce, cítrico y con un toque de picante moderado, menos intenso que el de las pimientas comunes.

Las compresas y pomadas hechas con pimienta rosa son también populares, especialmente para el tratamiento de heridas y problemas de la piel. Las compresas se preparan empapando un paño en una infusión concentrada de la planta y aplicándolo directamente sobre el área afectada. Las pomadas, por su parte, se elaboran mezclando la infusión con una base grasosa, como cera de abejas o aceite vegetal, para crear un ungüento fácil de aplicar.