El queso es un alimento que acompaña a la humanidad desde hace más de 4.000 años. En el mismo Egipto se ha desenterrado el más antiguo del mundo. Tantos siglos de tradición nos han permitido poseer hoy en día una enorme variedad, algunos de los cuales pueden llegar a desaparecer-

La realidad es que su consumo va más allá del mero hedonismo gastronómico. Un nuevo estudio publicado en Nature Human Behaviour relaciona el consumo de queso con mejores índices de envejecimiento saludable y bienestar mental, todo lo cual redunda en una mayor longevidad.

El estudio corroboró algo que ya viene siendo habitual en múltiples investigaciones: el bienestar mental puede ser el aspecto más importante para un envejecimiento saludable y una larga vida, independientemente de los factores socioeconómicos. Sin embargo, la alimentación también es crucial, y ahí entran los quesos de calidad.

El vínculo entre el consumo de queso y el bienestar fue un hallazgo inesperado en este trabajo que analizó a más de 2,3 millones de personas, y que se llevó a cabo por un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Jiao Tong de Shanghái, dirigidos por Tian-Ge Wang.

"Para fundamentar políticas de salud significativas, necesitamos evidencia causal detallada sobre qué dimensiones del estatus socioeconómico afectan a la longevidad, y el papel mediador de factores modificables como el estilo de vida y las enfermedades", afirma Wang.

Los investigadores examinaron ocho conjuntos de datos que abarcaban a un total de 2,3 millones de europeos genéticamente diversos, utilizando aleatorización mendeliana de dos muestras impulsada por el ADN para relacionar multitud de factores con el envejecimiento saludable. También les permitió identificar impactos causales fuertes.

Este tipo de búsquedas son complejas, pues no sabemos hasta qué punto la genética, el estilo de vida, la riqueza y la educación se relacionan con la salud, la enfermedad y la esperanza de vida. El equipo analizó el bienestar mental en el fenotipo genéticamente independiente del envejecimiento (envejecimiento-GIP) y sus cinco rasgos comunes.

Estos cinco rasgos son los siguientes: resiliencia, salud autoevaluada, esperanza de vida, esperanza de vida de los padres y longevidad. Según los resultados, las personas con mejor bienestar mental también tendían a ser más saludables a medida que pasaban los años, obteniendo puntuaciones mucho más altas en los rasgos del GIP del envejecimiento.

El bienestar y el envejecimiento saludable, por otra parte, no desmostraron estar en absoluto relacionados con la riqueza de las personas. Eso sí, los salarios más elevados, una mejor educación y una mayor satisfacción laboral se relacionaban con una mejor salud mental y bienestar en general, aunque eso no parecía garantizar una mayor longevidad como tal.

El queso de la longevidad

La ingesta de queso fue uno de los factores más llamativos entre los que poseían puntuaciones más elevadas de bienestar: se relacionaba con un mayor bienestar que el consumo de fruta, por poner un ejemplo. Pero para poner estos hallazgos en contexto, debemos recordar que este trabajo es un estudio de cohortes observacional, y no un ensayo clínico como tal.

Esto quiere decir que todas las interacciones detectadas son complejas y es muy complicado extrapolar un solo factor para determinar que este nos hará envejecer más y mejor. En otras palabras, el queso podría ser un llamativo factor de longevidad, pero también una señal indirecta de riqueza, actividad social y buena alimentación.

Además, cabe recordar que el estudio se realizó solo en adultos de ascendencia europea, y que no se tuvo en cuenta el tipo de queso o dosis del mismo, sino tan solo su consumo. A fin de cuentas, el análisis del consumo de queso y la longevidad no era el objetivo principal del estudio, aunque parece que su consumo sí puede mejorar relativamente las cosas.