Las infusiones de jengibre y cúrcuma han cobrado una notable relevancia en el ámbito de la salud y el bienestar en los últimos años, gracias a sus numerosos beneficios. Estas bebidas no solo deleitan con su sabor distintivo y picante, sino que también ofrecen una variedad de propiedades que pueden contribuir significativamente a mejorar la calidad de vida y prevenir diversas enfermedades. Además ambas son perfectas para desinflamar y funcionan para aliviar la retención de líquidos.
El jengibre, conocido científicamente como Zingiber officinale, ha sido un pilar en la medicina tradicional durante siglos, particularmente en las culturas asiáticas. Sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes son ampliamente reconocidas y documentadas.
Un estudio publicado en el Journal of Ethnopharmacology destacó que el jengibre puede reducir de manera significativa el dolor en pacientes con osteoartritis, gracias a sus compuestos bioactivos como el gingerol, que inhiben las vías inflamatorias y reducen el estrés oxidativo en las articulaciones afectadas.
Además de sus beneficios para la salud articular, es altamente eficaz en el tratamiento de las náuseas. En concreto, es efectivo para mitigar las náuseas inducidas por la quimioterapia en pacientes pediátricos, mejorando así su calidad de vida durante el tratamiento, tal y como destaca una investigación publicada en el Journal of Pediatric Oncology Nursing.
Este efecto antiemético se debe a la capacidad de este alimento para interactuar con los receptores de serotonina en el tracto gastrointestinal, calmando la sensación de náusea.
En cuanto a la cúrcuma, cuyo nombre científico es Curcuma longa, es otra planta que ha sido venerada por sus propiedades medicinales. Su componente activo principal, la curcumina, posee potentes propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
Esta sustancia puede reducir los síntomas de la artritis reumatoide, mostrando una disminución significativa en la inflamación y el dolor en las articulaciones, tal y como subraya un estudio publicado en el Journal of Alternative and Complementary Medicine.
También actúa modulando diversas moléculas señalizadoras del proceso inflamatorio, lo que resulta en una respuesta inflamatoria más controlada y menos dañina para los tejidos.
Además de sus efectos antiinflamatorios, ha mostrado potencial en la mejora de la salud cerebral gracias a otro de los compuestos presentes en la cúrcuma, la turmerona. Esta puede estimular la proliferación y diferenciación de las células madre en el cerebro, lo que podría tener implicaciones positivas para enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.
Además, la curcumina puede atravesar la barrera hematoencefálica y ejercer efectos neuroprotectores, reduciendo la formación de placas amiloides y la neuroinflamación, tal y como revela una investigación publicada en Stem Cell Research & Therapy.
Combinación de jengibre y cúrcuma
La combinación de jengibre y cúrcuma en una infusión puede potenciar sus efectos beneficiosos, tal y como destaca un estudio publicado en Foods demostró que la combinación de estos dos ingredientes mejora la biodisponibilidad de la curcumina, permitiendo que el cuerpo la absorba y utilice de manera más eficaz, lo que puede maximizar sus efectos antiinflamatorios y antioxidantes.
Esto se debe a que el jengibre contiene compuestos que pueden inhibir las enzimas que descomponen la curcumina, aumentando así su concentración en el cuerpo.
Las infusiones de jengibre y cúrcuma también pueden ser extremadamente útiles para mejorar la digestión, ya que ambas pueden ayudar a estimular la producción de jugos digestivos y mejorar el movimiento intestinal, lo que puede aliviar problemas digestivos como la indigestión y el síndrome del intestino irritable.
Estos efectos se deben a la capacidad de ambos ingredientes para incrementar la actividad enzimática en el sistema digestivo y promover la motilidad intestinal.
En términos de salud cardiovascular, han mostrado beneficios significativos. La razón es que el jengibre puede ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL (conocido como colesterol malo) y mejorar la salud del corazón, mientras que la cúrcuma puede ayudar a mejorar la función endotelial, un marcador clave de la salud cardiovascular".
La función endotelial es crucial para mantener la elasticidad y salud de los vasos sanguíneos, y su mejora puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.
Las propiedades antioxidantes de estas infusiones también juegan un papel vital en la lucha contra el estrés oxidativo, un factor clave en el envejecimiento y en la etiología de diversas enfermedades crónicas.
Su consumo regular también puede apoyar y fortalecer el sistema inmunológico. De hecho, un estudio en Immunity & Ageing sugiere que la curcumina puede modular la respuesta inmune, aumentando la resistencia a las infecciones y reduciendo la inflamación sistémica, lo cual es crucial para mantener un sistema inmunológico saludable. Incluso también puede influir en la actividad de las células inmunitarias, mejorando su capacidad para combatir patógenos y reducir la inflamación crónica.