Costa Rica es uno de los países que alberga una de las cinco 'Zonas Azules' de todo el mundo: la península de Nicoya. Aunque sus habitantes poseen un conjunto de características únicas para poder superar los 100 años de vida, se sabe que su alimentación tradicional cumple una función indispensable para garantizarles una larga vida.
La especialista en cocina tradicional costarricense y autora Melissa Guzmán ha querido compartir algunas de las características de la alimentación de sus orígenes. Ella creció en Llano Grande, un pueblo de la región de Cartago, en Costa Rica. Como ella misma explica, "nuestra dieta y nuestro estilo de vida son nuestro secreto para la longevidad".
Según Guzmán, para los costarricenses lo que comen es tan importante como la experiencia en la cocina y alrededor de la mesa, es decir, la comunidad. De pequeña, explica, tanto las comidas como las cenas duraban "al menos una hora" dado que eran momentos para hablar y relacionarse. Un tipo de enfoque "consciente y colectivo" hacia la comida que iba más allá de la simple alimentación.
Guzmán describe la cocina costarricense como "sencilla y fresca", dada su base en alimentos básicos como verduras frescas, frutas, cereales y legumbres. Destacan especialmente los frijoles, el arroz y el maíz.
Por un lado, los frijoles son una gran fuente de proteína vegetal, fibra, carbohidratos complejos, sustancias prebióticas, vitaminas y minerales. Todos estos macro y micronutrientes se relacionan con un menor riesgo cardiovascular en general.
En Costa Rica, los frijoles negros y rojos son los más populares, y se sirven como parte de un "casado" (un plato tradicional de arroz, frijoles, verduras y proteínas). También como parte de sopas basadas en frijoles y verduras. Los garbanzos y las lentejas serían sus mejores alternativas.
Por otro lado, las frutas y verduras frescas son habituales en Costa Rica: papaya, mango, plátano, sandía, piña o maracuyá son algunos ejemplos de frutas típicas, pero también usan una amplia variedad de verduras como zanahorias, tomates, aguacate, cebolla, remolacha, calabacín y tubérculos como las patatas y la yuca. Las verduras suelen comerse crudas, en ensaladas sencillas o bien picadas y hervidas con un poco de proteína animal.
Por su parte, el arroz y el maíz están muy presentes en la cocina costarricense, aunque suelen usarse como guarnición a los frijoles y las verduras y no como plato principal. El arroz con pollo es un plato tradicional en el país, donde las verduras picadas serían la base a la cual se añade arroz y trozos de pollo.
Finalmente, el café es una bebida muy consumida en Costa Rica, dado su alto contenido en antioxidantes. No suelen añadirle azúcar, y se suele tomar solo o con un poco de leche, de forma pausada y sin prisas.
En general, como explica Guzmán, los costarricenses comen arroz y frijoles rojos o negros dos o tres veces al día. Para la hora de la comida lo llaman "casado", pero también lo toman para desayunar, en un plato que se conoce como gallo pinto: arroz, frijoles, cebolla, pimientos y cilantro acompañados de tortas de maíz y café.
De hecho, gracias a su peculiar combinación de cereales integrales, proteínas y antioxidantes, el conocido investigador de la longevidad Dan Buettner ha llegado a considerar el gallo pinto como "el desayuno más saludable del mundo".
Aunque existen formas variables de prepararlo, Guzmán aporta su particular receta: arroz cocido, frijoles negros cocidos, cebolla, pimienta y cilantro picados, sal, comino, pimienta y, de forma opcional, salsa lizano.
Inicialmente, en una sartén a fuego medio-alto, se agrega aceite de oliva y se deja calentar para posteriormente añadir la cebolla, pimientos, cilantro, ajo, comino, sal y pimienta. Todos los ingredientes se cocinan entre tres y cinco minutos, para añadir posteriormente los frijoles, la salsa lizano y finalmente el arroz, mezclándolo todo bien para que el arroz absorba todos los sabores posibles.