El presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, Manuel Moñino, recuerda que "un persona sana, sin problemas de salud que le provoquen un déficit nutricional justificado, tiene cubiertas todas sus necesidades nutricionales sin necesidad de recurrir a suplementos". El especialista advierte sobre el aumento del consumo de suplementos nutricionales y complementos alimenticios sin supervisión por un profesional sanitario, especialmente entre los millennials, mujeres y personas mayores.
Algunos ejemplos justificados desde el punto de vista nutricional son los suplementos destinados a las personas mayores con alto riesgo de desnutrición, para pacientes con patologías que limiten la ingesta de alimentos como los problemas de deglución, aquellos que estén atravesando procesos oncológicos, o que deban pasar mucho tiempo encamados, recoge Europa Press.
Sin embargo, a la hora de comprar estos productos para ayudar a la perdida de peso, Moñino recuerda que "los batidos o las barritas pueden ser una solución para sustituir total o parcialmente la dieta, pero solo deben tomarse bajo prescripción de un profesional sanitario y en situaciones de salud que lo justifiquen, por ejemplo, casos de obesidad con alto riesgo cardiovascular o metabólico".
De lo contrario, "puede ser un riesgo para la salud y un gasto innecesario", sostiene Moñino. "Siempre deben tomarse bajo la supervisión de un profesional sanitario, idealmente el dietista-nutricionista, que además de evaluar su impacto en la salud, procure la autonomía a la persona en alimentación saludable para que aprenda a comer mejor y a relacionarse con normalidad con los alimentos".
De lo contrario, advierte el Dietista-Nutricionista, si se alcanza el objetivo de pérdida de peso "pero vuelve a comer como antes, sin haber cambiado hábitos alimentarios y de estilo de vida, el fracaso está asegurado, no solo por la recuperación del peso, sino por su impacto negativo en la salud y el coste económico de la suplementación".
La realidad es que hay que tener cuidado con este tipo de suplementos, ya que "no dejan de ser productos que pueden ser fuente de azúcares añadidos y contener sustancias que no aparecen en el etiquetado, especialmente en los destinados a deportistas y pérdida de peso". En la mayoría de los casos, asegura, "no existe evidencia científica sólida que demuestren su eficacia".
La dietista-nutricionista Alma Palau, gerente del CGCODN, explica por su parte que "se corre siempre el riesgo de ingerir nutrientes en exceso, tales como azúcares, grasas y proteínas, y por lo tanto de energía". También destaca el peligro asociado a sustancias no declaradas en el etiquetado, "como hormonas o sustancias dopantes, cuando se adquieren por canales como internet o fuentes poco fiables".
Otro motivo para no hacerlo es que "nunca un suplemento, incluso los destinados a usos médicos especiales, puede equipararse a un alimento, con su matriz natural, el papel en la cultura y gastronomía, o el valor sensorial inherente", destaca Palau.
En ese sentido, desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas aclaran que "el uso de suplementos está indicado cuando no existe una ingesta insuficiente de algún nutriente en la dieta, y este hecho está diagnosticado por un profesional sanitario y se toma bajo su supervisión".