Aumentar el consumo de pescado fresco en detrimento de otras fuentes de proteínas animales con mayor riesgo cardiovascular -notablemente, la carne roja y procesada- es una recomendación básica para prolongar nuestra vida con buena salud. La tradición gastronómica ha llevado a España a convertirse en una de las cuatro regiones del mundo que más pescado toma, junto con Portugal, Noruega y Japón. Precisamente, países de esperanza de vida récord en el mundo.
Entre las propiedades beneficiosas del pescado, "aporta entre un 18-20% de proteínas de alto valor biológico, es una estupenda fuente de vitaminas del grupo B, además de aportar vitaminas liposolubles A y D, los pescados son ricos en yodo, fósforo, potasio, magnesio y calcio si se consumen con espinas y contiene escaso tejido conjuntivo, lo que hace que su digestibilidad sea mayor", explica la Fundación Española del Corazón (FEC) en su página web.
El consumo ideal sería de los tres o cuatro filetes de pescado a la semana, recomienda la FEC, para limitar el riesgo del metilmercurio que inevitablemente contienen, así como de parásitos como el anisakis. Sin embargo, cuestiones de precio o gustos personales llevan a muchos consumidores todavía a optar por ciertas especies importadas que no son en absoluto recomendables según los médicos.
La panga
Tras varios años de polémica, este pescado, en palabras del doctor Roberto Méndez, ha terminado por coronarse como el "menos recomendable de España". Cadenas como Carrefour llevan de hecho casi una década sin comercializarlo. El motivo es que su producción está copada al 90% por las piscifactorías en el río Mekong (sudeste asiático), una de las aguas más contaminadas y con más presencia de plásticos del mundo.
Incluso si pasa los controles de seguridad alimentaria, la panga asiática habrá estado expuesta a contaminantes microscópicos como los microplásticos. Es un pescado insípido y con pocas espinas que para algunos es "fácil de comer", pero no nos engañemos: tiene casi un 50% menos de proteína que otros pescados blancos nacionales "y entre un 60% y un 80% menos de ácidos grasos poliinsaturados", según explicábamos en EL ESPAÑOL. Mejor tomar menos pescado, pero de calidad.
El bagre vietnamita
Este pescado fluvial es otro de los que se 'cuelan' entre las masivas exportaciones de pescado desde el sudeste asiático. Al contrario que el bagre nativo de la Península Ibérica (Squalius cephalus), este se trata de otro pez de la familia Pangasius y comparte las mismas malas cualidades que la panga. Se basa en una producción exagerada y barata de desechos contaminantes que acaban arrojados a aguas locales, y además suelen ser tratados con un exceso de antibióticos.
Un estudio publicado en el Journal of Food Science & Agriculture detectó que entre el 70% y el 80% de ejemplares de esta especie estaban contaminados por vibriobacterias, causantes de la mayoría de los casos de intoxicación alimentaria. Finalmente, este pescado a menudo es utilizado para falsificar platos que en principio contienen pescados de mayor valor, como el lenguado o el mero.
La tilapia
Esta especie procede principalmente de las piscifactorias industriales de China, que replican las cuestionables condiciones de reproducción en masa, de baja calidad nutricional y elevada contaminación. Esto permite producir un pescado muy barato y fácil de criar, pero que alimenta muy poco. Su carne cuenta con unas 130 kilocalorías por cada 100 gramos, y es uno de los pescados blancos que menos ácidos graso omega-3 contiene.
Con 20 gramos de proteína en los aproximadamente 80 g de carne comestible de un ejemplar, contiene una proporción discreta de vitaminas B, hierro, selenio y zinc. "No es el mejor pescado para aumentar el consumo de ácidos grasos omega-3 si se compara con otras fuentes como el salmón y la caballa", valoraba el doctor Méndez.
La perca
Se trata de un pescado africano que forma parte de guisos tradicionales y rebozados. "Su valor energético es realmente bajo, apenas tiene 90 kilocalorías por cada 100 gramos. Por esta razón, suele ser un pescado utilizado en dietas de adelgazamiento", explicábamos. Sin embargo, hay opciones bajas en calorías de mejor calidad en cuanto a concentración de ácidos grasos cardiosaludables.
Dentro de los pescados menos recomendables, no obstante, este pez tiene ciertas cualidades que lo hacen preferible desde el punto de vista nutricional. "Tiene un contenido más alto de proteínas: mientras que el panga no llega casi al 10% de proteínas, la perca tiene un contenido que se sitúa en torno al 12%".