La mayoría de veces que nos echamos un alimento a la boca no lo hacemos por sentir una necesidad imperiosa de comer, sino por pura inercia. Algunas veces, incluso, por mero aburrimiento. Así lo advierten algunos reputados nutricionistas. "El acto de comer ha pasado a ser un hito más de nuestra rutina. Ha perdido su función de calmar el hambre y ha pasado a ser algo que hacemos por pura inercia", advertía el nutricionista Daniel Ursúa en un artículo publicado en este mismo periódico hace algún tiempo. 

Lo cierto es que son muchas las personas que no consiguen templar sus ganas de echarse algo a la boca y acaban comiendo cualquier alimento insano, cargado de grasas trans y/o azúcares. La ansiedad, tampoco nos engañemos, también provoca este tipo de comportamientos a menudo. Esto trae aparejado, en la mayoría de ocasiones, un importante aumento de peso. 

Algunos nutricionistas ofrecen a sus pacientes algunas estrategias para saciar el hambre de una forma sana y eficaz. El nutricionista Pablo Ojeda reveló una de estas claves hace unos días en el programa Más vale tarde de La Sexta. "Los encurtidos son un alimento maravilloso", dijo durante el transcurso del programa. "Yo los llamo ‘alimento control’ porque el ácido que tienen hace que el hambre baje rápidamente y funcionan superbien", explicó el experto. 

Ojeda no es el único dietista-nutricionista que recomienda los encurtidos como herramienta para calmar el hambre. Aitor Sánchez (@midietacojea) en Instagram lleva años aconsejando este tipo de estrategias para picar entre horas y evitar llevarnos a la boca alimentos insanos. 

"Muchas veces ignorados, y ahora al alza como herramienta dietética, los encurtidos son una fantástica opción para picoteos y para poner en el centro de la mesa para compartir", explicaba el especialista en un post de Instagram. 

Las razones de Sánchez son tres. La primera de ellas es que "desplazan a otros aperitivos menos saludables, más calóricos y por lo general con mayor contenido de sal y peor calidad de grasa". La segunda es que "son una manera alternativa de incluir verdura, que así sin darte cuenta está genial". Además, según el experto, "mejoran la respuesta glucémica post-prandial, haciendo que la insulina funcione de una manera más eficiente y bajando la glucosa después de las comidas".

Por último y no menos importante, Sánchez explicaba que "aumentan la saciedad y mejoran la absorción de hierro por incorporar vinagre y medio ácido, razones alternativas para que los pepinillos y las aceitunas no se vean como algo viejuno".