La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), dependiente del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, ha emitido una alerta para avisar de la presencia de varios alérgenos no incluidos en la etiqueta de un arroz envasado. La Aesan ha tenido conocimiento del incidente gracias a una notificación procedente de las autoridades sanitarias del Reino Unido, la Food Standard Agency (F.S.A.), a través de INFOSAN.

Según precisa la nota informativa, fue la propia empresa productora, con sede en Bélgica, la que comunicó la incidencia a las autoridades competentes. Se ha adoptado como medida de precaución la retirada del producto implicado, dado que puede contener crustáceos, pescado, moluscos y leche no indicados en su etiquetado.

Según la información disponible, añade la agencia, "la distribución inicial ha sido en tiendas de la cadena Iceland de las comunidades autónomas de Andalucía, Comunidad Valenciana y Murcia, si bien no es descartable que puedan existir redistribuciones a otras comunidades autónomas." Los datos del producto figuran a continuación:

  • Nombre del producto: 4 Golden Savoury Rice Steam Bags
  • Marca: Iceland
  • Aspecto del producto: bolsa de plástico
  • Fecha de consumo preferente: 16/11/2025
  • Peso de unidad: 600 g
  • Temperatura: congelación.

"Esta información ha sido trasladada a las autoridades competentes de las comunidades autónomas a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI), con el objeto de que se verifique la retirada de los productos afectados de los canales de comercialización", prosigue la nota de Aesan.

La agencia española pide, "como medida de precaución", que aquellos consumidores alérgicos a los crustáceos, pescado, leche o moluscos se abstengan de consumir este arroz. "El consumo de estos productos no comporta ningún riesgo para el resto de consumidores", concluyen.

¿Cómo han llegado ahí?

La producción alimentaria está expuesta a un posible fenómeno de 'contaminación cruzada', es decir, que, durante el almacenamiento, el transporte o la elaboración en cocina, el producto entre en contacto con restos o "trazas" de otros alimentos que no forman parte de su producción. Aunque se rasquen y limpien los recipientes entre un producto y otro, la proximidad hace que no se pueda garantizar al 100% la ausencia de contaminantes.

Aunque para el consumidor general esto no tiene mayores consecuencias, los alimentos están obligados a declarar la posibilidad de contaminación cruzada para las personas que sufren intolerancias o alergias alimentarias a los ingredientes descritos. La exposición a trazas de alérgenos puede provocar reacciones de anafilaxia que pueden llegar a ser graves y causar la muerte.

Alternativamente, hay consumidores que rechazan consumir determinados ingredientes por motivos éticos o religiosos: por ejemplo, por tratarse de derivados de determinados animales. En cualquier caso, la etiqueta del producto debe detallar tanto los ingredientes que contiene como las trazas de alérgenos que puede presentar. De lo contrario, no se considera apto para el consumo y debe ser retirado.

La alergia al marisco o los crustáceos -habitualmente van de la mano- es una de las más frecuentes para los dos millones de españoles que viven con al menos una alergia a un alimento. Al contrario que otras, no tiende a desaparecer con la edad, por lo que quienes la sufren suelen tener que evitar consumirlo de por vida.