La evolución del precio del aceite de oliva ha sido uno de los grandes quebraderos de cabeza de los hogares. Nuestra gastronomía típicamente mediterránea tiene en este producto uno de sus pilares básicos. Cualquier cambio en esa tendencia al alza es siempre bienvenida, ya sea como consecuencia de una bajada del precio en origen o por el impacto de la bajada de su IVA al 0%. Un ejemplo de ello es la rebaja del Aceite de oliva virgen extra Hacendado en Mercadona.
Producido por la sevillana Sociedad Cooperativa Oleoestepa, este aceite de oliva de categoría superior se ha obtenido directamente de aceitunas y sólo mediante procedimientos mecánicos. Además, tal como informa el etiquetado, se ha elaborado con aceitunas de variedad Hojiblanca, Manzanilla, Arbequina y Picual cultivadas en España, que aportan, por cada 100 ml 822 calorías y 91 g de grasas, de las cuales 13 g saturadas, 72 g monoinsaturadas y 6 g poliinsaturadas.
Fuente inagotable de beneficios
Como explica la Fundación Española del Corazón, "los estudios científicos aportan cada vez más pruebas de las propiedades beneficiosas del aceite de oliva para nuestra salud". Es rico en ácidos grasos monoinsaturados, como el ácido oleico, y en ácidos grasos poliinsaturados, como el ácido linoleico. Estos componentes ayudan a elevar los niveles de colesterol HDL ('bueno') y disminuir el colesterol LDL ('malo'), conocido por su contribución a la formación de placas en las arterias.
Por tanto, el consumo regular de aceite de oliva ha demostrado ser beneficioso para el control de la hipertensión arterial. Los ácidos grasos y antioxidantes presentes en el aceite de oliva son importante para la salud de los vasos sanguíneos, favoreciendo una presión arterial más estable y reduciendo el riesgo de complicaciones cardiovasculares.
Además, puede contribuir a la reducción del riesgo de trombosis, que es la formación de coágulos de sangre en los vasos sanguíneos. Este efecto protector se debe a la capacidad del aceite de oliva para mejorar la función de las plaquetas y prevenir la coagulación excesiva. Esto es esencial para la prevención de enfermedades como la trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar.
El consumo de aceite de oliva también puede desempeñar un papel en la prevención de la diabetes de tipo 2, una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Los ácidos grasos monoinsaturados y los antioxidantes en el aceite de oliva favorecen la sensibilidad a la insulina y ayudan a regular los niveles de glucosa en sangre.
Prevenir la demencia
Uno de los grandes beneficios del aceite de oliva virgen extra es su capacidad para reducir el riesgo de sufrir demencia. Un reciente estudio ha demostrado que consumir una cucharada diaria de aceite de oliva podría reducir significativamente el riesgo de muerte por esta enfermedad neurodegenerativa. Los investigadores atribuyen estos beneficios a los efectos antiinflamatorios y neuroprotectores del aceite de oliva, por su contenido de ácidos grasos monoinsaturados, vitamina E y polifenoles.
Se encontró que aquellas personas que consumían más de 7 gramos de aceite de oliva al día, alrededor de media cucharada, tenían un 28% menos de probabilidades de morir por demencia comparado con quienes no lo consumían de forma regular. Este beneficio se observó independientemente de la calidad general de la dieta de los participantes, aunque el aceite de oliva suele formar parte de patrones alimenticios saludables como la dieta mediterránea.
Alguna precaución
"La ingesta diaria recomendada es de tres a seis raciones. Sin embargo, las personas que sufran obesidad y que estén bajo tratamiento dietético deben controlarlo siguiendo los consejos de su médico", explica la Fundación Española del Corazón. Por tanto, para estas personas es fundamental controlar la ingesta de aceite de oliva. Aunque es una fuente de grasas saludables, sigue siendo calóricamente denso, con aproximadamente 120 calorías por cucharada.
Un consumo excesivo puede dificultar la pérdida de peso o incluso contribuir al aumento de peso. Es crucial que estas personas consulten con su médico o nutricionista para determinar la cantidad adecuada de aceite de oliva en su dieta, asegurándose de que su consumo no interfiera con sus objetivos de salud.
También deben tener precaución las personas con enfermedades hepáticas severas para evitar cantidades excesivas. El hígado es responsable de metabolizar las grasas, y en condiciones de enfermedad hepática, su capacidad para procesar estas grasas puede estar comprometida. Aunque el aceite de oliva tiene propiedades antiinflamatorias y puede ser beneficioso en cantidades moderadas, es esencial que estos pacientes eviten los excesos.