La alimentación saludable es una prioridad para muchos, y la inclusión de ciertos alimentos en nuestra dieta es fundamental para obtener los nutrientes necesarios y prevenir enfermedades. Uno de los superalimentos que destaca por sus múltiples beneficios es el berro. Esta planta acuática cuyo nombre científico es Nasturtium officinale, es originaria de Europa y Asia Central, donde crece de forma silvestre en manantiales y corrientes de agua limpia. Históricamente, ha sido consumido por diversas culturas debido a sus propiedades medicinales y su sabor distintivo.
En España, aunque no es tan común como en otras cocinas europeas, su consumo ha ido en aumento, especialmente en las Islas Canarias, donde es un ingrediente tradicional en platos como el potaje de berros. Su reintroducción en la dieta española se ha visto impulsada por el reconocimiento de sus beneficios para la salud y de ahí que, a pesar de no estar tan extendida en la gastronomía española, sea tan necesaria en la dieta. De hecho, este vegetal tiene más calcio que la leche y 15 vitaminas esenciales para el organismo. En lugares como Alemania es conocido como la planta del escorbuto, ya que era común entre marineros tener semillas de berro que, al ser colocadas entre mantas húmedas, germinaban en dos o tres días, previniendo la aparición de la enfermedad.
Según un estudio de la Universidad William Paterson de Nueva Jersey, publicado en la revista Preventing Chronic Disease, el berro es considerado el alimento más sano del mundo. Esta investigación evaluó la densidad nutricional de 41 frutas y verduras, y esta obtuvo la puntuación más alta, lo que refleja su gran valor nutritivo. Lo cierto es que destaca por sus múltiples beneficios nutricionales. Este vegetal es una fuente rica en vitaminas y minerales esenciales, como vitaminas A, C, E y K, calcio, hierro, y ácido fólico, todos vitales para el correcto funcionamiento del cuerpo humano y la prevención de enfermedades.
Uno de los beneficios más importantes del berro es su capacidad para fortalecer el sistema inmunológico. Su alto contenido de vitamina C estimula la producción de glóbulos blancos, esenciales para combatir infecciones y proteger contra enfermedades crónicas, tal y como destacan algunas investigaciones. Además, esta vitamina actúa como un potente antioxidante, ayudando a reducir el daño celular causado por los radicales libres. El consumo regular de alimentos ricos en vitamina C como este puede mejorar la respuesta inmunológica y reducir la duración y severidad de enfermedades comunes.
Anticancerígeno
También posee propiedades anticancerígenas. Los compuestos fitoquímicos como los glucosinolatos y los isotiocianatos presentes en él tienen efectos antioxidantes y antiinflamatorios, lo que puede inhibir el crecimiento de células cancerígenas. Tal y como apunta un estudio publicado en The British Journal of Nutrition, estos beneficios específicos del berro, sugiriendo que su consumo regular podría ser una estrategia efectiva en la prevención del cáncer. Estos compuestos promueven la desintoxicación y la eliminación de carcinógenos del cuerpo, protegiendo el ADN de daños potenciales.
Cuida el corazón
Para la salud cardiovascular, su consumo regular puede ayudar a reducir los niveles de colesterol y la presión arterial, ambos factores de riesgo clave para enfermedades cardíacas. Los nitratos presentes en el berro mejoran la función endotelial y la circulación sanguínea, contribuyendo a una mejor salud del corazón. Estos nitratos naturales favorecen la producción de óxido nítrico, una molécula que ayuda a relajar y dilatar los vasos sanguíneos, mejorando así el flujo sanguíneo y reduciendo la presión arterial.
Protege los huesos
En términos de salud ósea, es una excelente fuente de vitamina K, necesaria para la formación y mantenimiento de huesos fuertes. Este nutriente ayuda en la mineralización ósea y regula las proteínas óseas, reduciendo el riesgo de fracturas, tal y como indica un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition. Además, esta vitamina es crucial para la coagulación sanguínea, previniendo hemorragias excesivas y contribuyendo al proceso de cicatrización. De hecho, la deficiencia de este nutriente puede llevar a una disminución de la densidad ósea y aumentar la susceptibilidad a fracturas.
Salud ocular y fibra
El berro también es beneficioso para la salud ocular debido a su alto contenido de vitamina A y carotenoides como la luteína y la zeaxantina. Estas sustancias reducen el riesgo de degeneración macular relacionada con la edad. De hecho, la vitamina A es esencial para la visión nocturna y el mantenimiento de una córnea saludable, mientras que los carotenoides actúan como antioxidantes que protegen las células oculares del daño oxidativo.
Además, es bajo en calorías y alto en fibra, lo que lo convierte en un aliado para el control del peso. La fibra dietética regula el sistema digestivo y promueve la sensación de saciedad, ayudando a reducir la ingesta calórica total. Por eso, consumir alimentos ricos en fibra también está asociado con una menor incidencia de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. De esta forma, la fibra dietética mejora la salud intestinal al promover el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino.
Este vegetal también es altamente hidratante, ya que contiene un alto porcentaje de agua, esencial para mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo y el correcto funcionamiento de las células. Mantenerse hidratado es crucial para muchas funciones corporales, incluyendo la regulación de la temperatura y el transporte de nutrientes. Ayudando a prevenir la deshidratación, que puede afectar negativamente el rendimiento físico y mental, así como la salud general.
Contraindicaciones
Es importante consumir el berro con moderación, ya que, aunque es rico en nutrientes, un consumo excesivo puede no ser recomendable debido a la posible acumulación de ciertos minerales. Además, se debe lavar bien antes de consumirlo para eliminar cualquier bacteria o contaminante. La seguridad alimentaria es crucial para prevenir enfermedades transmitidas por alimentos, como infecciones por E. coli o Salmonella, que pueden causar serios problemas de salud.