La barba de cada hombre siempre dice algo sobre él, y no sólo se debe a que la boca la atraviesa por el medio. Quienes son capaces de sumar más de tres pelos, como la barba a la que cantaba Miliki, pueden añadir personalidad a la cara con un estrafalario bigote o dos largas patillas. Sin embargo, según un nuevo estudio que se publica en la revista Archives of Sexual Behaviour, a los hombres no sólo les interesa la estética cuando deciden dejarse una espesa barba.
Las universidades de Silesia, en Polonia, y Padua, en Italia, han unido fuerzas para responder a la eterna pregunta: ¿por qué un hombre decide dejarse barba? Y, para ello, preguntaron a un total de 414 hombres que tenían entre 18 y 40 años. Las barbas, y también las perillas o los bigotes, se han ido poniendo y pasando de moda con los años, pero siempre se les ha dado significados. En este sentido, los autores han señalado que existen ciertas contradicciones en las ideas que despierta este vello facial en las personas.
"Según este estudio, los observadores percibían la barba de dos maneras: unos pensaban que los hombres con barba eran personas más sanas, luchadoras, amigables y que aportan confianza, pero otros los percibían como más agresivos y dominantes", explica Lara Ferreiro, psicóloga y autora del libro Adicta a un gilipollas (Grijalbo, 2023). "Históricamente, las barbas se han asociado a las personas mayores, a la sabiduría, a la masculinidad… Muchos dioses y reyes, como los de Egipto, se representaban con ella".
Signo de sabiduría
Para los autores del estudio, estas imágenes colectivas sugieren que un hombre busca un estatus social al dejarse la barba. "Esto tiene sentido. Los judíos ultraortodoxos de Nueva York se dejan la barba para comunicar que están casados y también como símbolo de sabiduría", dice Ferreiro. "Pero también pasa con los políticos aquí en España. Cuando Pablo Casado se puso al frente del Partido Popular sorprendió de repente dejando crecer su barba. Hace que la cara parezca menos aniñada y transmite credibilidad".
Sin embargo, lo que sorprendió a los autores es que los participantes del estudio pensaban que un hombre con barba tenía mejores características para ser padre. "Es posible que los hombres se dejen crecer el vello facial para informar a otras personas de que están menos centrados en el mercado del apareamiento y más en el de las relaciones románticas y familiares a largo plazo", escriben los autores de este estudio. "Además, descubrimos que los hombres afeitados que buscaban pareja también estaban más interesados en dejarse barba, lo que respalda esta tesis".
Ferreiro explica que, según la teoría evolutiva, las mujeres sí se sienten más atraídas por los hombres con barba. Por lo menos, en un primer momento. "Nuestro cerebro reptiliano, que es el más primario, visceral y sexual, sí que se siente más atraído por los hombres con barba", asegura la psicóloga. "Ahora bien, veo con frecuencia en la consulta mujeres que se sintieron muy atraídas por un hombre guapo con barba y que luego han sentido pereza porque pican cuando les besas o sueltan pelos".
Cómo se hizo el estudio
Pero, ¿cómo llegaron los investigadores a obtener estos resultados? Según explican los autores, pensaron que dejarse barba podría estar relacionado con la propia protección, la búsqueda de un estatus social, de una pareja y el cuidado de los hijos. Por esta razón, confeccionaron unos cuestionarios para medir su motivación a la hora de dejarse crecer una barba, sus motivos sociales fundamentales, el estrés que sentían con respecto a su rol de género y la competencia que ejercían con respecto a otros hombres.
Les preguntaron si estaban dispuestos a ir al barbero, comprar productos y dedicarle tiempo a su barba. También cuánto les preocupaba protegerse a sí mismos, evitar enfermedades, tener un grupo, una posición social buena y una pareja. Cuánto les estresaba no encontrar parejas sexuales, estar con mujeres más exitosas, trabajar con personas más ambiciosas o no ser capaces de mantener relaciones sexuales. Y, por último, si sentían habitualmente celos con respecto a otros hombres, les buscaban defectos o ser superiores a ellos.
Con estos resultados, los científicos expresaron que los hombres no buscaban compensar su masculinidad dejándose barba. Ni los hombres más competitivos, ni los que más estrés sentían por su rol de género se relacionaban con las barbas más espesas. "Los hombres motivados a destacar su vello facial también buscan presentarse a los demás como amigos valiosos y confiables", explican los autores del estudio. En este sentido, Ferreiro coincide: "Los hombres se dejan barba, bigote o patillas para gustar. Igual que una mujer cuando se maquilla. El ser humano vive por y para gustar, somos una especie social y de otra manera no sobreviviríamos".
Barba e infidelidad
De hecho, la psicóloga explica que la falta de vello corporal es uno de los aspectos que más puede acomplejar a un hombre. Junto a la altura y al tamaño del pene, Ferreiro asegura que la abundancia de pelo, tanto en la cabeza y la cara como en el cuerpo, es uno de los aspectos que más preocupa al hombre. "Genera mucho trauma y es frecuente encontrar métodos de compensación: hombres que usan gorras, gorros, pelucas… para tapar estos complejos. Ahora los hombres se injertan mucho el cabello porque quedarte calvo se asocia a la vejez, a tener menos virilidad, menos atractivo", cuenta la psicóloga.
Las barbas ya han sido objeto de estudio con anterioridad y algunos apuntan a que los hombres que las llevan suelen ser más infieles. "Un estudio de la aplicación Ashley Madison, que es para citas entre personas infieles, confirma que los hombres con barba tienen relaciones familiares más duraderas. Eso sí, porque ponen más los cuernos. De un total de 2000 hombres, el 47% de los que llevaban barba aseguraba ser infiel y sólo el 20% de los afeitados lo admitían", sostiene Ferreiro.
En principio, esto significa que los hombres con barba son más infieles, pero la psicóloga no descarta que, en realidad, sean más sinceros que los afeitados. Que tengan menos reparos a la hora de confesar ser infieles. "También existe un estudio de la Universidad de Oxford que sostiene que los hombres con barba son también más agresivos y dominantes y, por tanto, concuerda con que también sean más infieles", destaca la psicóloga.