El yogur ha sido considerado, tradicionalmente, como un alimento saludable, sobre todo en su versión de yogur natural sin azúcar. Una de sus características es su sabor un tanto amargo, lo que ha llevado a que la industria haya optado por lanzar al mercado yogures con algún añadido para darle un toque más suave y agradable, como el azúcar u otros edulcorantes, pero reduciendo sus beneficios. Sin embargo, existen consumidores que prefieren un sabor más auténtico, y para ellos, una de las mejores alternativas es el kéfir.

Para ellos, Mercadona ha rebajado el precio de su kéfir natural sabor suave. Por 1,25€, sus clientes pueden adquirir un bote de 500 g elaborado por la empresa valenciana Arteláctico Caprino SL. Entre sus ingredientes, encontramos leche pasteurizada de vaca, nata (leche de vaca pasteurizada) y leche en polvo desnatada pasteurizada de vaca, que básicamente tienen como objetivo espesar un poco la textura del kéfir, que suele ser normalmente más líquida y fermentos lácticos kéfir, es decir,  las levaduras y bacterias que intervienen durante el proceso de fermentación.

Se trata de un alimento probiótico de textura cremosa y sabor ligeramente ácido, con un sabor ácido más fuerte que el de los yogures naturales y un toque amargo. Según la etiqueta,por cada 100 g, el producto contiene un valor energético de 74 calorías, 4,2 g de grasas, de las cuales 2,9 g son saturadas. En cuanto a los hidratos de carbono, presenta 5,1 g, de los cuales 2,3 g son azúcares. Además, aporta 3,9 g de proteínas y 0,08 g de sal.

Dos envases de kéfir de Mercadona.

Leche fermentada rica en minerales

Como ya explicamos en El Español, el ingrediente principal del kéfir debe ser la leche, con una proporción aproximada del 95%. Por tanto, se trata de una leche fermentada cuyo proceso se debe a la acción de microorganismos, principalmente bacterias y levaduras, que forman los característicos gránulos de kéfir. Para elaborarlo, se añaden estos gránulos a la leche, que tras un proceso de fermentación da lugar a una bebida viscosa con un sabor más ácido que el del yogur tradicional. 

El kéfir es especialmente rico en minerales esenciales como el fósforo y el magnesio, que contribuyen a mantener los huesos fuertes y saludables. También contiene vitamina K, indispensable para la coagulación de la sangre, y proteínas de fácil digestión, lo que unido a su menor proporción de lactosa, lo convierte en un alimento ideal para personas con problemas digestivos o intolerancias leves a los lácteos. Eso sí, para disfrutar de todas sus ventajas sin contrapartida, es fundamental que no incluya azúcares añadidos.

Los probióticos

Tal como explica la Agencia Española de Seguridad Alimentario y Nutrición (AESAN), “el término “probiótico” se utiliza de forma general y se refiere a especies bacterianas, cepas bacterianas o especies de microorganismos vivos, como Lactobacillus helveticus, Lactobacillus rhamnosus, etc”. Estos pueden formar parte de la composición de distintos tipos de alimentos, entre los que se incluyen el kéfir.

Uno de los principales beneficios de los probióticos presentes en el kéfir es su capacidad para mejorar la digestión. Estos microorganismos favorecen el equilibrio de la flora intestinal, combatiendo el crecimiento de bacterias nocivas y ayudando a descomponer los alimentos de manera más eficiente. Esto puede reducir problemas como el estreñimiento, la hinchazón, el síndrome de intestino irritable y otros trastornos digestivos.

Además, los probióticos del kéfir fortalecen el sistema inmunológico. Al mejorar la salud intestinal, los probióticos potencian la respuesta del organismo frente a infecciones y enfermedades, ya que gran parte del sistema inmunológico reside en el intestino. Un consumo regular de kéfir puede ayudar a prevenir resfriados, gripes y otras infecciones bacterianas.

Otro aspecto destacado es el potencial antiinflamatorio de los probióticos del kéfir. Estos microorganismos ayudan a reducir la inflamación crónica en el cuerpo, un factor relacionado con diversas enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardíacas y trastornos autoinmunes. Además, algunos estudios sugieren que los probióticos del kéfir pueden tener un efecto positivo en la salud mental, contribuyendo a la reducción de la ansiedad y la depresión al influir en el eje intestino-cerebro.