La vertiginosa vida que llevamos en nuestra sociedad contemporánea ha propiciado la popularización de alimentos de rápida preparación. Un simple paseo por los pasillos de cualquier supermercado revela la abundancia de productos precocinados o listos para comer, entre los cuales destacan las sopas instantáneas.
Popularmente conocidas como 'sopas de sobre', se han convertido en una solución muy común cuando no queremos o no podemos dedicar mucho tiempo a cocinar. En cuestión de minutos, tendremos un plato de caldo caliente que muchos perciben como saludable, probablemente por asociación con las sopas caseras.
Sin embargo, en realidad, estos alimentos instantáneos son muy diferentes a las sopas caseras que pretenden imitar. Una opinión muy extendida entre los nutricionistas, como Jinan Banna, dietista y profesora de nutrición en la Universidad de Hawái. "No suelo consumir sopa instantánea", afirmó Banna en el medio estadounidense CNBC Make It. "No es algo que compre. Y si tuviera que consumir sopa en general, la prepararía yo misma".
Estas sopas son alimentos ultraprocesados que puede aumentar las probabilidades de desarrollar problemas de salud como enfermedades cardíacas y demencia, según los médicos de la Asociación Médica Estadounidense.
Entre las principales causas de estos efectos indeseados encontramos que suelen tener un alto contenido de sodio y grasas saturadas. También suelen tener un bajo contenido de fibra. "En general, no consideraría que la sopa instantánea sea un alimento muy saludable", sentencia.
Pero no hace falta ir a Estados Unidos para encontrar una opinión parecida. En España, Laura Llorente, nutricionista del Centro de Nutrición Aleris, explicó a EL ESPAÑOL que estos alimentos "no son recomendables y la gente debería evitarlas", ya que se trata de "agua con un potenciador de sabor y una cantidad ingente de sal, esto pasa tanto con las sopas de sobre como con los fideos instantáneos".
Que el sodio es necesario para un correcto funcionamiento del organismo es algo que está fuera de toda duda. "Por supuesto que necesitamos algo de sodio", explica Banna. Pero con este mineral, la expresión "lo bueno, si breve, dos veces bueno", alcanza toda su dimensión, ya que está comprobado que los alimentos con un alto contenido de sodio o grasas saturadas pueden contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas como las enfermedades cardíacas.
La regla del 5/20
Tal como explica la Fundación Española del Corazón, "la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva años advirtiéndolo: la mayoría de la población duplica la ingesta recomendada de sal que contribuye a la hipertensión arterial y aumentan el riesgo de cardiopatía y accidente cerebrovascular".
Se estima que cada año se podrían evitar 2,5 millones de defunciones si el consumo de sal a nivel mundial se redujera al nivel recomendado, es decir, a un máximo de 2 g de sodio al día, o lo que es lo mismo, 5 g de sal diarios.
En España, de media, se estima que cada individuo consume 10,8 gramos de sal al día, más del doble de lo recomendado por la OMS. Por eso, es fundamental escoger bien los alimentos que nos llevamos a la boda. Una estrategia recomendada por Bannan es utilizar la regla 5/20 tanto para el socio como para las grasas saturadas.
"Si se analiza el valor diario, si es del 5% o menos, se puede considerar que la fuente de ese nutriente es baja. Si es del 20% o más, es una indicación de que contiene bastante". Es decir, si según el etiquetado, contiene menos de 0,25 g de sal, no se trataría de una cantidad baja.
No obstante, la principal recomendación es huir de este tipo de alimentos y optar por preparar la sopa en casa, de modo que nos podamos asegurar que contienen menos sodio y que podremos añadir tus verduras y legumbres favoritas para obtener fibra, un nutriente importante para "una digestión saludable y para mantener un peso saludable".