El huevo, un alimento básico en la dieta de muchas personas en todo el mundo, ha sido objeto de un intenso debate científico durante décadas debido a su alto contenido en colesterol y su posible impacto en la salud cardiovascular. Un estudio de 2021 que sugiere que el consumo regular de huevos podría aumentar el riesgo de muerte prematura ha reavivado esta controversia. Pero muchos expertos, entre ellos Walter Willett, profesor de epidemiología y nutrición en la Universidad de Harvard, han expresado escepticismo sobre los resultados.
Willett, quien coautoró un estudio el año anterior que no encontró una correlación significativa entre el consumo de huevos y el riesgo de enfermedades cardiovasculares, considera que el nuevo estudio tiene fallos metodológicos evidentes, ya que solo evaluó los hábitos alimenticios de los participantes una vez, sin tener en cuenta posibles cambios en su dieta a lo largo de los años. De hecho, mantiene que “la antigua recomendación de no más de dos huevos por semana para la mayoría de las personas sigue siendo la mejor opción”.
En este contexto, el papel del colesterol dietético ha sido reevaluado en los últimos años. La visión simplista de que los alimentos ricos en colesterol como los huevos son inherentemente peligrosos para el corazón ha sido cuestionada por distintas investigaciones. Estas sugieren que el riesgo no depende únicamente de la cantidad total de colesterol sino de la proporción entre el colesterol "bueno" (HDL) y el "malo" (LDL). El experto recalca que, más que demonizar a un alimento específico, es importante considerar el patrón general de la dieta.
Según Willet, el efecto de los huevos en la salud depende en gran medida de los alimentos con los que se acompañan o reemplazan. Por ejemplo, si estos sustituyen a alimentos ultraprocesados como bollería o azúcares refinados, "prefiero que coman huevos", asegura. No obstante, para aquellos que buscan optimizar su salud, el científico sugiere que una dieta centrada en fuentes de proteínas vegetales, como la avena o las nueces, sería una opción más beneficiosa.
Aun así, Willett advierte que no todas las personas pueden consumir huevos sin preocupaciones. Aquellos que toman medicamentos para reducir el colesterol o que tienen condiciones específicas de salud deben moderar su consumo. Esta moderación se justifica en parte por el hecho de que el impacto del colesterol dietético varía según el perfil genético y las condiciones médicas de cada individuo, lo que sugiere que no se puede aplicar una regla única para todos los casos.
El debate sobre el consumo de huevos no es reciente. De hecho, ha sido una fuente constante de controversia en la comunidad científica, con estudios que han producido conclusiones opuestas. Un ejemplo de esto es la investigación publicada por la Northwestern University y los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, que concluyó que quienes consumen más huevos al día enfrentan un riesgo significativamente mayor de desarrollar enfermedades cardiovasculares o incluso de muerte prematura.
Este estudio contradice las recomendaciones de las guías dietéticas estadounidenses emitidas entre 2015 y 2020, las cuales por primera vez no impusieron un límite máximo de colesterol dietético, ni restringieron el número de huevos que se podían consumir diariamente. Sin embargo, este enfoque más liberal sobre el colesterol no ha sido universalmente aceptado, y algunos expertos continúan defendiendo que reducir la ingesta de huevos podría tener beneficios para la salud a largo plazo.
Por otro lado, existen estudios que desmienten la relación entre el consumo de huevos y un aumento en el riesgo cardiovascular. Un estudio más pequeño realizado por investigadores de la Universidad de Helsinki, publicado en el prestigioso American Journal of Clinical Nutrition, no encontró evidencia que vincule la ingesta de huevos o colesterol dietético con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas.
Esta investigación sugiere que la metabolización del colesterol podría estar influenciada por el fenotipo genético de cada persona, lo que añadiría otra capa de complejidad al debate. Si bien este trabajo no tiene el mismo tamaño muestral que otros estudios, su publicación en una revista de alto impacto subraya la importancia de no apresurarse a sacar conclusiones definitivas.
En la misma línea, investigadores de la Universidad de Harvard han presentado uno de los estudios más amplios realizados hasta la fecha sobre el consumo de huevos. El equipo de Willett analizó los hábitos alimenticios y la salud de más de 263.000 personas durante más de 32 años. Además, incorporaron datos de 28 estudios de cohortes adicionales, lo que elevó el tamaño total de la muestra a 1,7 millones de individuos.
Los resultados de este macroestudio indicaron que el consumo moderado de huevos, hasta uno al día, no aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y, en algunos casos, podría estar asociado con un riesgo menor, especialmente en poblaciones asiáticas. Esto pone de relieve que el impacto del consumo de huevos puede variar según el contexto cultural y dietético.
Qué se recomienda en España
En España, la Fundación Española del Corazón adopta una postura más cautelosa sobre el consumo de huevos: la ingesta recomendada es de 3 a 5 huevos por semana para la mayoría de las personas, aunque aquellos con colesterol elevado en sangre deberían limitarse a 2 o 3 yemas a la semana.
Estas recomendaciones se basan en la idea de que la ingesta de colesterol no debe superar los 300 mg diarios, y dado que un huevo crudo contiene aproximadamente 385 mg de colesterol, el consumo diario podría representar un riesgo para la salud cardíaca de ciertos individuos. No obstante, estas recomendaciones contrastan con estudios recientes que cuestionan la relevancia del colesterol dietético en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
La ciencia, sin duda, continúa evolucionando en torno a este tema. El huevo, no obstante, sigue siendo uno de los alimentos más completos desde el punto de vista nutricional. Es una fuente excepcional de proteínas de alta calidad, esenciales para la reparación de tejidos y la producción de enzimas. Además, su contenido en ácidos grasos esenciales, como los omega-3, ofrece beneficios para la salud cardiovascular y cerebral. Asimismo, el huevo es una fuente rica en vitaminas A, D, E, K y del complejo B, lo que lo convierte en un alimento altamente nutritivo y versátil.
Su consumo también ha demostrado beneficios para la salud visual, gracias a su contenido en antioxidantes como la luteína y la zeaxantina, que pueden reducir el riesgo de enfermedades oculares crónicas, como la degeneración macular asociada a la edad. Además, también es una excelente fuente de colina, un nutriente fundamental para el desarrollo cerebral durante el embarazo y la infancia, y para el mantenimiento de las funciones cognitivas en la edad adulta.