Investigadores del grupo Color y Calidad de Alimentos de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla (US), en colaboración con el grupo de Marina Ezcurra de la Universidad de Kent (Reino Unido), han demostrado que el carotenoide fitoeno aumenta el tiempo de vida del gusano nematodo Caenorhabditis elegans. Además, puede ralentizar la aparición de parálisis asociada a la formación de placas amiloides, en un modelo experimental de la enfermedad de Alzheimer.

En concreto, se observaron aumentos de longevidad de entre un 10 y un 18.6% y disminución del efecto proteotóxico de las placas de entre un 30 y un 40%. En los estudios, que forman parte de la tesis doctoral de Ángeles Morón Ortiz, se han ensayado fitoeno puro y extractos ricos en este carotenoide obtenidos de microalgas. Según Paula Mapelli Brahm, "se trata de resultados preliminares muy ilusionantes, por lo que estamos buscando financiación para continuar esta línea de investigación y poder así averiguar mediante qué mecanismos se producen esos efectos".

Caenorhabditis elegans es un modelo animal muy utilizado en biomedicina, e instrumental en importantes descubrimientos que han sido reconocidos con el Premio Nobel, como la muerte celular programada, la interferencia del ARN y las aplicaciones de la proteína GFP, ha explicado la US y recoge Europa Press.

Los carotenoides son pigmentos naturales de color amarillo, anaranjado y rojo sintetizados en todos los organismos fotosintéticos y en algunos hongos. Los encontramos en frutas y verduras como el maíz, la zanahoria, el tomate, el mango o la lechuga. Son moléculas de 40 átomos de carbono con dobles enlaces conjugados. Una estructura química confiere a los carotenoides propiedades espectroscópicas, y por lo tanto el color.

Los carotenoides son fundamentales para la supervivencia vegetal y el funcionamiento de las plantas, ya que intervienen en la absorción de la energía para realizar la fotosíntesis, pero también protegen al aparato fotosintético de los daños ocasionados por las condiciones ambientales (protección frente a la radiación y defensa antioxidante).

El equipo del catedrático Antonio Jesús Meléndez Martínez lleva quince años estudiando en profundidad el fitoeno, que se encuentra en alimentos como tomates, zanahorias, albaricoques, pimientos rojos, naranjas, mandarinas y maracuyá entre otros. Se trata de un compuesto que es eficientemente absorbido y se encuentra en muchos tejidos, incluida la piel, donde hay estudios que indican que pueden proteger contra la radiación ultravioleta.

Los investigadores trabajan en la producción sostenible de alimentos saludables para disminuir el riesgo de enfermedades, con énfasis en las aplicaciones de los carotenoides en agroalimentación, nutrición y cosmética. En esta temática han coordinado redes internacionales en la que han participado investigadores de más de 50 países.

Un estudio publicado en la revista International Journal of Epidemiology, que sugiere que las personas que incluyen en sus patrones de alimentación mayor variedad de frutas y verduras tienen un menor riesgo de sufrir muchas enfermedades crónicas como cardiopatías, cáncer, diabetes u obesidad.

El consumo de este alimento variado sirve también para prevenir y mitigar varias carencias de micronutrientes, según el mismo trabajo. Así, este consejo se puede traducir coloquialmente como seguir la "dieta del arcoiris".