España es un país de arroces. Paella valenciana, arroz negro, arroz a banda, arroz al horno, arroz zamorano… son solo algunos de los muchos ejemplos de nuestra gastronomía en los que este cereal es el ingrediente principal. En ellos, se pueden utilizar diversas variedades, a gusto del cocinero y del comensal, aunque entre las más comunes encontramos el arroz bomba y el arroz senia, en  muchas ocasiones, cultivados en España.

Sin embargo, más allá de nuestras fronteras, también existen otras variedades de arroz que aportan un valor añadido, como es el caso del arroz rojo, originario de China. Se trata de un grano integral que destaca por sus múltiples beneficios para la salud. Su característico color rojizo se debe a la presencia de antioxidantes, como la antocianina. Además, al no refinarse, conserva intactas sus propiedades. Se trata, por tanto, de un ingrediente ideal que se suele serviir como guarnición.

En cuanto a sus valores nutricionales, 100 g de producto contienen una energía de 405 kcal, 86,7 g de carbohidratos, 7 g de proteínas, 4,9 g de grasas y 2,7 g de fibra. Además, aporta 5,5 mg de hierro, 3,3 mg de zinc, 256 mg de potasio y 6 mg de sodio. Por ello,  ha sido especialmente apreciado en la medicina tradicional china, donde se ha utilizado para mejorar la salud digestiva y circulatoria. 

Reducir el colesterol

El arroz rojo ha sido ampliamente estudiado por sus beneficios para la salud, y aunque se necesitan más investigaciones, las pruebas actuales sugieren que es un alimento capaz de contribuir al bienestar general. Uno de sus principales aportes es la reducción del colesterol. Contiene de forma natural compuestos como la lovastatina y la monacolina, que inhiben la acción de la enzima HMG-CoA reductasa, encargada de la síntesis del colesterol en el cuerpo. Esto permite reducir los niveles de colesterol malo (LDL) y aumentar el colesterol bueno (HDL).

Otro de los beneficios del arroz rojo es su capacidad para controlar los niveles de azúcar en sangre. Al tener un bajo índice glucémico, su consumo no genera picos de glucosa, lo que lo convierte en una opción ideal para regular la producción de insulina. Este efecto ayuda a mantener estables los niveles de azúcar, especialmente en personas con riesgo de desarrollar diabetes o que ya padecen la enfermedad. 

Además, su alto contenido en fibra proporciona una gran sensación de saciedad, lo que ayuda a reducir el apetito sin la necesidad de ingerir muchas calorías. Esto lo convierte en un aliado para controlar el peso y reducir el riesgo de obesidad. Asimismo, el arroz rojo es una buena fuente de hierro y magnesio, minerales que ayudan a mantener los niveles de energía.

El papel de la vitamina B6

El arroz rojo también es una excelente fuente de vitamina B6, que desempeña un papel esencial en la producción de anticuerpos y en la función neurológica. Esta vitamina es fundamental para que la hemoglobina transporte adecuadamente el oxígeno a los tejidos, lo que contribuye a mantener las células rojas en buen estado. Además, tiene efectos positivos en la regulación de la serotonina, lo que ayuda a combatir el estrés, la depresión y la irritabilidad. 

Otra de las características nutricionales de este arroz es su alto contenido en zinc y selenio, minerales con propiedades antioxidantes que refuerzan el sistema inmunológico y promueven la salud de la piel, el cabello y las uñas. El selenio en particular protege el cuerpo de los radicales libres y combate las infecciones.

Este arroz rojo también tiene un impacto positivo en la salud ósea, ya que su contenido de magnesio contribuye a la formación de huesos fuertes y a prevenir dolencias como la osteoporosis y el dolor articular. Además, la fibra que contiene no solo ayuda a controlar el peso, sino que también mejora la digestión al ralentizar la absorción de grasas y facilitar el funcionamiento del intestino. Esto previene problemas como la distensión abdominal y el estreñimiento, convirtiendo al arroz rojo en un alimento depurativo.