No es del gusto de todo el mundo, pero el tofu ha ido ganando presencia en la gastronomía española. Según algunas estimaciones, aproximadamente el 10% de la población en nuestro país lo incluye regularmente en su dieta. Este aumento se debe a la creciente popularidad de las dietas vegetarianas y veganas, así como a una mayor concienciación sobre los beneficios de las proteínas vegetales. Sin embargo, su consumo aún está lejos de los niveles que se observan en otros países.
Uno de esos países donde el tofu es casi omnipresente es Japón, como confirma Michiko Tomioka, nutricionista certificada y experta en longevidad, en un artículo publicado en el medio estadounidense CNBC. “Creciendo en Nara, Japón, un alimento que siempre estuvo presente en mi hogar fue el tofu. Ha sido verdaderamente un pilar en mi vida”, señala Tomioka, al explicar cómo este alimento formaba parte de su dieta diaria desde la infancia.
“Cuando era bebé, una vez que pude comer sólidos, mi madre solía prepararme dos platos habituales: uno era una mezcla de tofu, gachas de arroz, batata, kabocha (calabaza) y pasta de nori (alga marina), y el otro era sopa de miso con gachas de arroz”, añade. Esta tradición familiar la ha seguido manteniendo como madre, prefiriendo el tofu sobre cualquier tipo de comida ultraprocesada. “Me ahorró tiempo, dinero y estrés, y fue una forma de conectarnos con nuestras raíces mientras vivíamos en Estados Unidos”, asegura.
Económico, saludable y sostenible
El tofu, muy valorado en Japón por sus múltiples beneficios para la salud. De hecho, se le vincula con la longevidad de la población japonesa. Tradicionalmente, se elabora a partir de soja y nigari, una sustancia obtenida tras la extracción de sal del agua de mar. Sin embargo, su elaboración varía en diferentes países. “En Estados Unidos, se suele utilizar sulfato de calcio como principal coagulante”, explica. Pero, independiemente de cómo se elabora, destaca por ser una fuente completa de proteínas, con todos los aminoácidos esenciales y libre de colesterol.
Además de su aporte proteico, el tofu también es un alimento rico en calcio, hierro, vitaminas, fibra y las isoflavonas, un tipo de estrógeno de origen vegetal. Diversos estudios han mostrado que el consumo de tofu puede ayudar a mejorar la salud cardiovascular, reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer y prevenir la pérdida de densidad ósea.
La proteína de origen vegetal
Incorporar proteínas en nuestra dieta es algo que solemos asociar directamente con alimentos como la carne, los huevos o la leche. Sin embargo, las proteínas de origen vegetal ofrecen una alternativa con importantes ventajas para la salud. Además de aportar los nutrientes necesarios, ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 e incluso actúan como factor preventivo frente a ciertos tipos de cáncer. Por ello, no deberían ser exclusivas de quienes siguen una dieta vegetariana o vegana.
La Fundación Española de Nutrición (FEN) comparte la excelente opinión de Tomioka sobre el tofu. De hecho, entre las múltiples opciones de proteínas vegetales, como legumbres, quinoa, chía o los frutos secos, la FEN señala al tofu como la fuente de mayor calidad y cantidad. Una opinión que se basa en que la soja, base del tofu, no solo es rica en proteínas, sino también en minerales como calcio, hierro, magnesio, potasio, fósforo y zinc. En cuanto a vitaminas, la soja aporta tiamina, niacina, riboflavina, vitamina B6, vitamina E y folatos.
Con todos estos beneficios, el tofu se presenta como una opción saludable e imprescindible. Además, su versatilidad en la cocina permite integrarlo en una infinidad de recetas, haciéndolo accesible para todo tipo de paladares. Como hemos mencionado en otros artículos de El Español, disfrutar del tofu es una manera deliciosa de cuidar nuestra salud sin renunciar al sabor.