Daniel Verdú
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La longevidad y la salud son dos de las grandes preocupaciones de la humanidad, y cada vez más estudios buscan desentrañar las claves de una vida larga y plena. Entre los factores más influyentes, la nutrición ocupa un lugar destacado: lo que comemos, cómo lo preparamos e incluso lo que evitamos son aspectos que pueden marcar la diferencia.

En este contexto, el explorador y periodista Dan Buettner ha arrojado luz sobre uno de los secretos mejor guardados tras visitar las llamadas 'zonas azules', regiones del mundo donde la esperanza de vida es notablemente alta. En uno de estos enclaves, Nicoya (Costa Rica), ha encontrado un desayuno que, según sus investigaciones, es el más saludable del mundo y podría ser clave para alcanzar una vida centenaria.

Dan Buettner, reconocido miembro de National Geographic y autor de varios libros sobre longevidad, ha dedicado más de dos décadas a estudiar la dieta de las personas que superan los 100 años.

En un artículo para CNBC, destaca los alimentos más recomendados para romper el ayuno matutino, tomando como referencia lo que consumen los habitantes de Nicoya. Allí, los días comienzan temprano, alrededor de las 4:00 de la mañana, cuando las familias encienden los hornos de leña y empiezan a preparar un desayuno lleno de nutrientes.

Este desayuno incluye tortillas de maíz hechas con ceniza de madera, frijoles picantes con arroz y verduras, alimentos que, según Buettner, forman una combinación ideal para la salud. Las tortillas de maíz, explica, son una excelente fuente de carbohidratos complejos de bajo índice glucémico, mientras que la ceniza de madera utilizada en su preparación ayuda a liberar la niacina y otros aminoácidos esenciales, facilitando su absorción por el cuerpo.

Recetas tradicionales y saludables

Buettner subraya los beneficios de los frijoles negros, que aportan antocianinas, conocidas por su capacidad para limpiar el colon, reducir la presión arterial y mejorar la sensibilidad a la insulina. Al combinarlos con el arroz, los habitantes de Nicoya obtienen una proteína completa que incluye todos los aminoácidos esenciales.

Además, este desayuno se acompaña con café local, que no solo proporciona un impulso de antioxidantes, sino que también estimula el metabolismo gracias a su contenido de cafeína.

Para completar este 'superdesayuno', Buettner menciona un guiso de verduras como zanahorias y pimientos picantes, que no solo aporta probióticos naturales, sino que también contiene curcumina, un compuesto antioxidante, antiinflamatorio y potencialmente anticancerígeno.

Buettner no solo describe los beneficios de estos alimentos, sino que también comparte las recetas tradicionales para que los interesados puedan replicarlas. Las tortillas de Nixtamal, por ejemplo, se elaboran remojando el maíz en una solución de ceniza de madera o cal, lo que libera nutrientes clave y facilita la digestión. Este proceso milenario mejora el perfil nutricional del maíz, ayudando a reducir el colesterol malo y aumentando el bueno.

El plato más emblemático de Nicoya, el gallo pinto, es otro ejemplo de un desayuno nutritivo y equilibrado. Compuesto de arroz y frijoles, Buettner detalla su preparación, que incluye cebolla, ajo y salsa inglesa, todo cocinado a fuego lento para crear una mezcla rica en proteínas y fibra. Finalmente, un guiso de frijoles tiernos con verduras y especias completa este desayuno, proporcionando una comida probiótica y llena de vitaminas y minerales.

Longevidad y alimentación

Este desayuno tradicional de Nicoya es un ejemplo claro de cómo una dieta basada en alimentos sencillos y naturales puede tener un impacto positivo en la salud y la longevidad. La combinación de carbohidratos complejos, proteínas completas, antioxidantes y probióticos es clave para mantener el cuerpo en equilibrio, promover la digestión, mejorar la salud cardiovascular y, en última instancia, aumentar las probabilidades de vivir una vida larga y saludable.

En definitiva, las investigaciones de Dan Buettner sobre las 'zonas azules' nos muestran que la clave para la longevidad no reside en costosos suplementos o dietas milagrosas, sino en volver a lo básico: alimentos simples, integrales y preparados de manera tradicional. Y, como demuestran los habitantes de Nicoya, este enfoque puede ser tan eficaz como delicioso.