La evidencia científica se ha estado basando durante décadas en hallazgos de estudios en los que los participantes eran mayoritariamente hombres. Eso ha provocado que los efectos en las mujeres se encuentren infrarrepresentados en los resultados. Esto ha cambiado progresivamente para ajustar las diferencias metabólicas entre hombres y mujeres.

Un nuevo estudio llevado a cabo por Stéphanie Abo y sus colegas de la Universidad de Waterloo han vuelto a corroborar la existencia de estas diferencias en la metabolización. Su investigación se ha enfocado en el desayuno, y ha revelado cómo hombres y mujeres no responden igual a un mismo conjunto de alimentos.

Como explican Abo y sus colegas, desayunar de forma diferente influiría en la pérdida de peso dependiendo del sexo de su consumidor, según el nuevo trabajo basado en un modelo matemático que se ha publicado en Computers in Biology and Medicine.

Se empleó un modelo del metabolismo de hombres y mujeres, demostrando que el metabolismo de los hombres responde mejor en promedio a una comida cargada de hidratos como avena y granos enteros tras un ayuno de varias horas. Por su parte, las mujeres se beneficiarían más de una comida con un mayor porcentaje de grasas sanas, como tortillas y aguacates.

"El estilo de vida es un factor importante en nuestra salud en general. Vivimos vidas muy ocupadas, por lo que es importante comprender cómo decisiones aparentemente intrascendentes, como qué desayunar, pueden afectar a nuestra salud", argumenta Abo. "Ya sea para perder peso o simplemente mantener energía, es importante comprender el impacto de la dieta en tu metabolismo"

Como explica Abo, este estudio se habría focalizado en una conocida laguna de la evidencia científica actual: hombres y mujeres no procesan la grasa de la misma forma, y el género importa en este aspecto.

Este enfoque también sugiere que la misma enfermedad no debe enfocarse igual en hombres y en mujeres, como sería el caso de la hipertensión y la enfermedad cardiovascular a partir de la menopausia. Los estrógenos tienen capacidad para proteger a las mujeres frente a estas enfermedades, pero dicha protección desaparece con la menopausia, y hasta el 50% de las mujeres desarrolla hipertensión a partir de los 50 años.

"A menudo tenemos menos datos de investigación sobre los cuerpos de las mujeres que sobre los cuerpos de los hombres", añade Anita Layton, profesora de Matemáticas Aplicadas y titular de la Cátedra de Investigación Canadá 150 en Biología Matemática y Medicina. "Al construir modelos matemáticos basados en los datos disponibles, podemos probar rápidamente muchas hipótesis y modificar experimentos de maneras que serían impracticables con sujetos humanos".

Según explica Layton, dado que las mujeres poseen más grasa corporal de promedio que los hombres, se podría pensar que quemarían menos grasa para obtener energía, pero no es así. Los resultados de sus modelos matemáticos sugieren que las mujeres almacenan más grasa inmediatamente tras una comida, pero también queman más grasa durante el ayuno.

Así pues, con visión a futuro, se espera que sea posible construir versiones más complejas de sus modelos de metabolismo y ampliarlos más allá de la consideración del sexo biológico incorporando peso, edad o etapa del ciclo menstrual, entre otros factores.