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Han sido un pilar de la dieta mediterránea desde la antigüedad y su presencia en la gastronomía española es notable. Según la Fundación Española de Nutrición, durante la Edad Media y el Renacimiento se popularizó su secado al sol, lo que permitió disfrutar de ellos más allá del verano. Hoy en día, los higos secos siguen siendo esenciales en recetas de invierno y Navidad, y su protagonismo en supermercados como Mercadona lo confirma.

En concreto, el producto que podemos encontrar en el popular supermercado son los Higos secos Zalama Valle del Jerte. Sus ingredientes son muy sencillos: higos secos y harina de arroz. Con ellos, 100 g de este producto aportan, en promedio, 310 calorías. A ellas se le unen 1,1 gramos de grasas totales, de las cuales 0,44 gramos son grasas saturadas y 67 g de carbohidratos, de los cuales 52,5 g son azúcares naturales. Además, proporcionan 9,5 gramos de fibra alimentaria, 3,2 gramos de proteínas y no contienen sal.

Higos secos Zalama

Una diferencia importante entre los higos frescos y los higos secos es el contenido en agua. En los frescos, ronda entre el 70% y el 80%. Sin embargo, los higos secos concentran todos sus nutrientes al perder este líquido, lo que los convierte en una fuente muy rica de hidratos de carbono, fibra y azúcares naturales. Pero no solo eso, sino que son ricos en vitaminas del grupo B (B1, B2), así como en vitamina A, C y E, así como en minerales esenciales como el calcio, potasio, hierro, magnesio, zinc, cobre y fósforo. 

Múltiples beneficios para la salud.

Los higos secos ofrecen múltiples beneficios para la salud, comenzando por su capacidad para fortalecer el sistema nervioso y muscular. Gracias a su contenido en magnesio, potasio y calcio, mejoran la función muscular y nerviosa, ayudando a mantener un buen rendimiento físico y mental. Además, son una excelente fuente de hierro, lo que los convierte en aliados para mejorar los niveles de este mineral esencial para el transporte de oxígeno en la sangre. 

Con solo 60 g de higos secos, se obtienen 1,2 mg de hierro, lo que contribuye a la prevención de la anemia. También destacan por su aporte de calcio, fundamental para la salud ósea, ya que ayuda a mantener la densidad de los huesos y a prevenir enfermedades como la osteoporosis. 

Por último, su alto contenido en azúcares naturales y vitaminas del grupo B proporciona un aumento de energía, lo que los hace ideales para recuperar la energía después de un esfuerzo, además de contribuir a mejorar el estado de ánimo y reducir la fatiga.

El poder de la fibra

Entre sus principales caraterísticas encontramos su alto contenido en fibra uno de los más destacados. Este nutriente es fundamental para el buen funcionamiento del sistema digestivo, y los higos secos son una excelente fuente. Su consumo regular mejora notablemente el tránsito intestinal, actuando como un remedio natural contra el estreñimiento y ayudando a evitar problemas comunes como la hinchazón o la indigestión.

Pero los beneficios de la fibra van más allá de la digestión. El consumo habitual de alimentos ricos en fibra, como los higos secos, también está asociado con la reducción del riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. En particular, su capacidad para estabilizar la absorción de azúcar en sangre es clave en la prevención de la diabetes tipo 2. Al ralentizar la liberación de glucosa, los higos secos ayudan a evitar picos de azúcar y a mejorar el control de los niveles de insulina, protegiendo así la salud metabólica. 

Además, la fibra presente en los higos secos puede contribuir a mejorar la salud cardiovascular, ya que puede reducir los niveles de colesterol y mejorar la circulación sanguínea, disminuyendo el riesgo de enfermedades del corazón.

Mejor sin excesos

Aunque los beneficios de los higos secos son numerosos, no es recomendable su consumo en exceso. La principal razón es que, además de aportar una gran cantidad de nutrientes, tienen un valor calórico bastante alto, lo que puede ser un factor relacionado con el aumento de peso si se consumen en grandes cantidades.

También es importante recordar que, aunque la fibra es beneficiosa para la salud digestiva, un consumo excesivo de higos secos puede causar malestar gastrointestinal, como hinchazón o gases. Por tanto, es aconsejable disfrutar de los higos secos como parte de una dieta equilibrada y variada, en cantidades moderadas.

Otro aspecto a tener en cuenta al consumir higos secos en exceso es su potencial impacto en la salud dental. Debido a su textura pegajosa y la concentración de azúcares, los higos secos pueden adherirse fácilmente a los dientes, lo que incrementa el riesgo de caries si no se tiene una buena higiene bucal. Los azúcares que permanecen en los dientes alimentan las bacterias en la boca, las cuales producen ácidos que erosionan el esmalte dental.