Publicada
Actualizada

Proveniente de las frías tierras de Islandia, este producto se ha puesto de moda hasta el punto de encontrarlo en los supermercados de todo el mundo. También en nuestro país, ganándose un lugar especial en las dietas de quienes buscan un alimento rico en proteínas, bajo en grasas y con pocas calorías. Quizás ya hayas intuido que se trata del skyr, un lácteo con siglos de tradición que ahora es tendencia en el ámbito de la nutrición, y se denomina de forma algo engañosa como "yogur islandés".

Es cierto que el skyr es un producto lácteo que ha sido consumido en el país nórdico desde tiempos vikingos. Sin embargo, a pesar de su consistencia cremosa, el skyr técnicamente se encuentra más cerca del queso fresco en cuanto a su proceso de elaboración. Un proceso que comienza con leche desnatada que se calienta y, posteriormente, se fermenta mediante cultivos bacterianos.

Posteriormente, se cuela para eliminar el suero líquido, resultando en una textura mucho más espesa que la del yogur tradicional. Este proceso es lo que lo diferencia del yogur estándar, ya que el skyr requiere aproximadamente cuatro veces más leche para obtener la misma cantidad, como al producir queso crema. Eso sí, el proceso de fermentación lo aproxima al yogur en cuanto a probióticos.

Muy rico en proteínas

Desde el punto de vista nutricional, 100 gramos de skyr aportan aproximadamente 62 kcal. Contiene solo 0,2 g de grasas, de las cuales 0,1 g son saturadas, y 4 g de carbohidratos, todos ellos en forma de azúcares. Destaca por ser una excelente fuente de proteínas, con 11 g, pero carece de fibra. Además, incluye 0,13 g de sal y entre 84 y 100 mg de calcio, lo que representa el 7 % de la cantidad diaria recomendada (CDR).

Así, se trata de un alimento saludable, pero si skyr se ha ganado la atención de nutricionistas y entusiastas de la vida sana es, por su alto contenido proteico, que supera incluso al de algunos yogures griegos. Además, al ser bajo en carbohidratos y grasas, el skyr es una opción excelente para quienes siguen dietas bajas en calorías o quieren controlar su ingesta de grasas saturadas.

La proteína es un macronutriente esencial para funciones vitales como la reparación de tejidos y el crecimiento muscular. Además de favorecer la recuperación muscular y contribuir a la síntesis de enzimas y hormonas, su bajo aporte calórico y graso lo hace ideal para mantener o reducir el peso. También, su alto contenido proteico promueve la saciedad, lo que ayuda a reducir la ingesta calórica diaria y apoya una dieta equilibrada y saludable.

Y mucho más beneficios

El skyr se destaca entre los alimentos proteicos por su bajo contenido en grasas. A diferencia de otros productos lácteos como el queso curado o el yogur griego, este queso crema islandés contiene hasta diez veces menos. Esto lo convierte en una opción ideal para aumentar la ingesta de proteínas sin añadir cantidades significativas de grasa a la dieta, lo que es especialmente beneficioso para quienes siguen planes alimentarios enfocados en el control de peso o la salud cardiovascular.

Derivado de la fermentación de leche desnatada, el skyr es naturalmente bajo en azúcares. Esto lo convierte en un aliado perfecto para aquellos que desean consumir alimentos saciantes y ricos en nutrientes sin provocar picos glucémicos. Al ser un alimento bajo en azúcares, también resulta adecuado para personas que buscan mantener estables sus niveles de azúcar en sangre, lo que favorece tanto el metabolismo como el control de peso.

Similar al yogur, el skyr contiene microorganismos beneficiosos para la salud que ayudan a equilibrar la microbiota intestinal, fortalecen el sistema inmunológico y mejoran el estado de ánimo. En cuanto a su sabor y textura, recuerda más a un queso fresco como el quark que a un yogur, y su contenido de minerales como potasio y calcio, junto con vitaminas D y B, en especial la B12, lo han posicionado como un "superalimento" dentro de la industria láctea. 

Además, esta cantidad de vitamina B12, lo convierte en una excelente opción para vegetarianos y personas que siguen dietas limitadas en productos de origen animal. Esta vitamina B12 es crucial para el buen funcionamiento del sistema nervioso y la formación de glóbulos rojos, por lo que incluir skyr en la dieta puede ayudar a evitar deficiencias de este importante nutriente.