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Muchas personas utilizan algún tipo de suplemento para completar su dieta. Sin embargo, no todos lo hacen siguiendo los consejos de un profesional, lo que se traduce en un perjuicio para nuestro organismo. Uno de los complementos más utilizados por muchas personas son las proteínas adicionales

Una forma muy habitual de consumir este 'extra' en proteínas son los yogures con alto contenido de estos nutrientes. Una fiebre cada vez más extendida y cuyo éxito se puede comprobar en los supermercados, donde cada vez más pasillos se encuentran abarrotados de estos productos high protein

Es raro encontrar un carro de la compra en el que no aparezca ninguno de estos productos, ya sean lácteos o incluso en otro tipo de alimentos como pan o pasta. Se podría decir que están de moda y que muchas personas siguen los consejos de amigos o incluso lo que ven en redes sociales con el fin de conseguir unos objetivos que terminan siendo perjudiciales. 

Tanto es así que cada vez más especialistas en dietética y nutrición están recomendando no consumirlos o, al menos, no hacer un abuso de ellos. Y es que son pocas las personas que realmente los necesitan en su día a día. Y casi siempre son por motivos relacionados con problemas de salud o con una carga de entrenamiento físico muy alta. 

Una de esas expertas es Mercè Gonzalo. Esta dietista y nutricionista explica cuáles son los efectos más adversos que tienen estos productos, los cuales se convierten en un problema para el cuerpo si realmente no los necesitamos. Ya que en según qué situaciones pueden provocar graves problemas de salud como la diabetes o afecciones en los huesos, tal y como recoge RAC1

¿Qué personas pueden tomar suplementos de proteínas?

Los productos altos en proteínas no son aptos para todos los públicos. Como todos los 'extras', hay una serie de personas a las que sí se les recomienda tomar este tipo de alimentos o complementos. Sin embargo, si no entramos dentro de estos grupos, podemos someter a nuestro cuerpo a situaciones de riesgo. 

La moda de consumir productos con alto contenido proteico surge a partir de los suplementos pensados para los deportistas que, generalmente, se machacan en el gimnasio, buscando reponer sus depósitos a la par que aumentar su masa muscular. Y esto se toma como un hábito saludable por personas sedentarias de manera errónea. 

Por ello, los expertos advierten que tomar sistemáticamente más proteínas de las necesarias conlleva riesgos para la salud. "En nuestro entorno, la alimentación por norma general es bastante rica en proteínas. La gente no suele realizar ingestas bajas en proteínas, sino que más bien tenemos un exceso proteico".

Las redes sociales o malos consejos nos llevan a pensar que necesitamos este tipo de productos. "Estaremos haciendo una dieta aún más rica en proteínas de lo que ya hacemos habitualmente". Por ello, incluso los médicos se apresuran en puntualizar perfectamente quién sí puede comerlos y quién debe eliminarlos de su dieta. 

En medicina, estos productos se usan, por ejemplo, para pacientes con cáncer, los cuales suelen sufrir desnutrición proteica: "Son casos especiales". Además, también pueden ser una buena ayuda para personas mayores "que comen poca carne y pescado porque no pueden masticarlo". 

Y por último, como bien es sabido por la mayoría, para deportistas sometidos a una gran exigencia física y que "les cueste llegar con los alimentos de la dieta, algo que normalmente no es tan complicado". Por ello, hay muchas personas que están tomando estos productos de manera incorrecta, incluso aunque hagan deporte de manera regular. 

¿Qué problemas pueden provocar?

Los contratiempos más frecuentes que suele provocar un exceso de proteínas son problemas en los huesos y en los riñones, así como alteraciones metabólicas complejas. "Se considera suficiente para cubrir las necesidades de una persona adulta y sana, sin patologías ni necesidades específicas, 0,8 gramos de proteína por kilo de peso al día".

Otro de los problemas más graves es que un exceso de proteínas puede desarrollar un proceso de diabetes: "Estaremos favoreciendo la resistencia a la insulina y, por tanto, que esta hormona no funcione bien y aparezcan problemas como la diabetes de tipo 2".

De la misma forma, Marta Comas, nutricionista y dietista del Vall d'Hebron, avisa en RAC1 a las personas con enfermedades de riñón o hígado. Estas no deberían tomar nunca estos productos. Pero tampoco personas sanas: "No son necesarios. Generalmente ya cubrimos las necesidades de proteína del cuerpo con una dieta mediterránea".

Esta experta aconseja también consultar el origen de estas proteínas, ya que los productos que las contienen pueden traernos consigo otros perjuicios: "Si hacemos dieta muy rica en proteína es muy probable que consumamos un exceso de carnes, lácteos y productos con un contenido en grasas elevado".

Esto puede derivar en problemas cardiovasculares o de sobrepeso. Por ello, Mercè Gonzalo recomienda tomar "las proteínas de las legumbres, de los frutos secos o de los huevos".