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El gallo (también conocido como pez gallo o Lepidorhombus spp.) es un pez plano de la familia de los lenguados que se encuentra en el Atlántico y el Mediterráneo. Su carne es blanca, tierna y con un sabor suave y, a pesar de que no es tan conocido como otros pescados planos del mercado, estas características lo convierten en un producto muy apreciado en la cocina.

Quienes quieran disfrutar estos días de él, pueden encontrarlo en Mercadona. El popular supermercado ofrece este gallo sin cabeza ultracongelado Hacendado en piezas individuales de unos 200 g aproximadamente por 3,19€. Al venderse por piezas, es una opción muy práctica, tanto para quienes viven solo como para las familias, ya que se pueden descongelar las porciones individuales necesarias para cada ocasión.

En cuanto a los valores nutricionales, según la Fundación Española de Nutrición, por cada 100 g de porción comestible, encontramos 80 calorías, 15,8 g de proteínas, 1,9 g de lípidos totales, de los cuales 0,33 g son ácidos grasos saturados, 0,39 g son ácidos grasos monoinsaturados, 0,61 gramos son ácidos grasos poliinsaturados. Además, no contiene hidratos de carbono ni fibra, y su contenido de agua es de 82,3 g.

Gallo sin cabeza Hacendado

Ultracongelado

Debido a que ha sido limpiado y preparado antes de proceder a su ultracongelación, su modo de preparación es rápido y sencillo. En primer lugar, se debe retirar el producto del envase para descongelarlo. Esto se debe realizar siempre en el frigorífico, colocando el pez sobre una rejilla, durante 12 a 24 horas. Una vez descongelado, se debe conservar refrigerado y consumir completamente cocinado antes de las 24 horas desde su descongelación.

Por otra parte, la ultracongelación es una de las maneras más eficientes de consumir pescado. Esto se debe a que el proceso de congelación rápida a muy bajas temperaturas permite conservar la frescura, el sabor y los nutrientes del pescado durante largos periodos sin la necesidad de conservantes artificiales. 

Gracias a este proceso de conservación, las vitaminas y minerales se mantienen de una forma adecuada, mejor que con otros métodos de conservación. Además, también posibilita que los productos se conserven por más tiempo sin perder frescura, lo que los hace ideales para tener siempre a mano en el congelador una opción rápida y sencilla de cocinar.

Rico en vitaminas B y minerales

Si partimos de la base de que la ultracongelación hace que no se pierda ni un ápice de los nutrientes de los alimentos, es interesante tabién conocer cuáles son los que permanecen en él. Este pescado es una excelente fuente de vitaminas del grupo B, especialmente de la vitamina B3 o niacina, importante para el metabolismo energético y la salud del sistema nervioso y de la vitamina B12, la cual es esencial para la formación de glóbulos rojos, la función del sistema nervioso y la síntesis del ADN.

En lo que se refiere a los minerales, como la mayoría de pescados, el gallo contiene una cantidad interesante para nuestro organismo. Entre ellos, encontramos el fósforo, necesario para la salud ósea y dental; el selenio, con propiedades antioxidantes; el magnesio, que regula la función muscular y nerviosa, o el yodo, fundamental para producción de hormonas tiroideas.

Aunque en menores cantidades que otros pescados grasos como el salmón o el atún, el gallo contiene pequeñas cantidades de ácidos grasos omega 3, que son beneficiosos para la salud cardiovascular y cerebral, los cuales ayudan a reducir la inflamación y el riesgo de enfermedades del corazón.

Para dietas equilibradas

El beneficio más destacable del gallo es su perfil nutricional equilibrado, sobre todo su bajo contenido en grasas y su riqueza en proteínas de alta calidad. De hecho, por cada 100 g de gallo se pueden obtener aproximadamente entre 16 g y 18 g de proteínas, lo que lo convierte en una fuente excelente para cubrir las necesidades diarias de este nutriente.

Por otra parte, el gallo destaca por sus grasas predominantemente insaturadas, lo que lo convierte en una opción ideal para quienes desean cuidar su corazón, ya que ayuda a reducir el consumo de grasas saturadas, que en exceso pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. De hecho, por cada 100 gramos de este pescado, suele haber menos de 2 g de grasa.

Por tanto, a pesar de que no goza de la popularidad de otros pescados, el consumo de gallo es una opción más económica que otras especies, sin por ello dejar de ser una excelente elección para incluir en una dieta saludable y equilibrada, basada en proteínas de alta calidad, bajo contenido en grasas, aporte de minerales esenciales y vitaminas del grupo B.