Juan Rodríguez de Rivera
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Durante años hemos responsabilizado a los picoteos a deshora, aperitivos o meriendas de nuestro propio aumento de peso. Aunque, seamos sinceros, el problema se encuentra en los alimentos que elegimos para esos momentos del día. No siempre somos previsores y, en vez de venir con el picoteo preparado de casa, el hambre nos suele pillar enfrente de la máquina de vending de nuestra oficina o en una tienda cercana. En estos lugares es fácil caer en la tentación de llevarnos a la boca algún ultraprocesado.

El problema es que muchos de estos ultraprocesados son difíciles de detectar. No sólo los bollos, chucherías o patatas fritas que tanto nos gusta picar lo son, sino también algunos alimentos que se declaran como aptos para la dieta. Uno de los alimentos más confusos, en este sentido, son las tortitas de arroz que tanto se pusieron de moda hace unos años. Tal y como explica este artículo de EL ESPAÑOL, el nutricionista Pablo Ojeda afirmó que se trata de un producto con un alto nivel de calorías, sal y sin un aporte nutricional interesante.

Comer entre horas puede ser saludable y prueba de ello es que los cardiólogos también lo recomiendan. Estos médicos sí que tienen claro qué es lo que deberíamos consumir entre las comidas para que realmente tenga un efecto positivo en nuestra salud. En este sentido, la cardióloga y profesora de Medicina en la Universidad Hofstra en Nueva York, Jennifer Mieres ha contado al medio estadounidense Today que todos los días entre la hora del desayuno y el almuerzo toma un pequeño aperitivo.

Nutrientes interesantes

Esta experta elige un puñado de almendras para esta hora del día y lo hace, según explica, por tres razones fundamentales. La primera de ella es su composición nutricional, "contiene proteínas, grasas cardiosaludables, fibra y antioxidantes, y además son saciantes", después, el hecho de que los estudios han demostrado que los frutos secos reducen el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y, por último, que pertenece a la dieta mediterránea. Esta dieta, de la que somos herederos en España, es conocida por ser cardiosaludable.

"La clave es que mantengamos el tamaño de la ración a un puñado porque los frutos secos tienen un alto contenido de calorías. Mieres aconseja comerlos también sin sal para evitar consumir demasiado sodio", recoge Today. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) apunta en este documento que la almendra es un fruto seco que destaca entre los demás por su alto contenido de fibra. La fibra supone más de un 14% de la composición de estos frutos secos y esto hace que, según el MAPA, tenga efecto laxante.

"Entre los minerales destacan el fósforo y el magnesio. Una ración de 20 gramos de almendras sin cáscara aporta el 15% de las ingestas diarias recomendadas para estos minerales, y alrededor del 6% de las señaladas para el hierro, potasio y calcio. Es una de las fuentes vegetales más rica en este último mineral, de ahí que la leche de almendras se emplee como sustituto de la leche de vaca cuando esta no se tolera, y se recomiende su consumo para fortalecer los huesos y prevenir la osteoporosis", detalla el MAPA.

Eje intestino-corazón

Las mejores almendras que podemos consumir son aquellas que se venden al natural o tostadas. Pero, además, deberíamos elegir aquellas que vienen sin pelar, que conservan su capa marrón externa. ¿Por qué? Esta capa suele contener un extra de nutrientes saludables como fibra o minerales y vitaminas antioxidantes. Por eso, incorporar las almendras a tu dieta puede ser una gran ayuda para tu salud cardiovascular, tal y como explica esta revisión de estudios publicada el pasado mes de junio en la revista científica Nutrients.

Según esta revisión elaborada en Estados Unidos, las almendras son capaces de mejorar el perfil de colesterol en sangre: reducen el LDL, que se considera el malo, y mejoran la funcionalidad del HDL, el bueno. Pero, además, ayudan al control glucémico —es decir, reducen el azúcar en sangre—, reducen la presión sanguínea y protegen frente a la inflamación crónica. Su contenido en vitamina E reduce los marcadores de estrés oxidativo e, incluso, el estudio asegura que ayudan a controlar el peso corporal y reducir la grasa.

Por último, el estudio también reconoce a las almendras como un alimento saludable para el intestino, al tener un impacto positivo en la microbiota intestinal. "También hemos observado el emergente concepto del eje intestino-corazón, y es que el consumo de almendras modula la microbiota intestinal promoviendo el crecimiento de las bacterias beneficiosas y aumentando la producción de ácidos grasos de cadena corta, principalmente el butirato. Estos efectos contribuyen de manera colectiva a los beneficios antiinflamatorios y cardioprotectores de las almendras", concluyen los autores del estudio.