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Ahora que llega el frío, a muchas personas les gusta tomar una infusión caliente tras la comida o cena que les ayude a conciliar el sueño y a dormir plácidamente. Opciones hay muchas, como la manzanilla, la menta poleo, el tilo, la verbena o la melisa, por citar solo algunas. Pero una que cada vez es más popular es la de jengibre, una especia con un sabor ligeramente picante y con muchas propiedades para la salud.

El jengibre es una raíz aromática que usada durante miles de años tanto en la cocina como en la medicina tradicional. Con su característico sabor picante, esta planta, originaria del sudeste asiático, se ha convertido en un ingrediente clave en recetas de todo el mundo. Pero no solo se usa por su sabor: contiene compuestos bioactivos, como el gingerol, que le otorgan interesantes propiedades.

Entre sus beneficios, el jengibre destaca por su capacidad para ayudar a regular el azúcar en la sangre y mejorar el bienestar general. Tomarlo en forma de infusión antes de dormir es una de las mejores maneras de aprovechar estos efectos, ya que durante la noche contribuye a estabilizar los niveles de glucosa y favorece un descanso reparador.

Insulina, antioxidantes y adelgazamiento

Son varios los motivos por los que la infusión de jengibre puede ayudarnos con el control del azúcar en sangre. Entre sus efectos está la mejora en la sensibilidad a la insulina. Estudios han demostrado que esta raíz puede facilitar el uso de la glucosa en las células, ayudando a mantener niveles más estables de azúcar en el organismo. Además, influye en el metabolismo de los carbohidratos, ya que afecta a las enzimas que los procesan, permitiendo una absorción más controlada de glucosa.

Los antioxidantes presentes en el jengibre, como los gingeroles y shogaoles, también juegan un papel clave al reducir el estrés oxidativo. Este puede dañar las células pancreáticas que producen insulina. Al prevenirlo, esta infusión contribuye a proteger la función pancreática y a promover un mejor control de la glucosa en sangre. Asimismo, ayudan a reducir la inflamación crónica, vinculada con la resistencia a la insulina y a la diabetes tipo 2.

Otro de los beneficios del jengibre es su efecto en el peso corporal, ya que puede ayudar a aumentar el metabolismo y reducir el apetito, factores que, combinados, favorecen el manejo de la diabetes tipo 2. A su vez, algunas investigaciones sugieren que el jengibre inhibe ciertas enzimas responsables de la descomposición de carbohidratos, lo que ralentiza la absorción de glucosa y ayuda a evitar picos de azúcar.

Por último, pero no menos importante, el jengibre también promueve una digestión saludable, algo fundamental para mantener niveles estables de azúcar en sangre después de las comidas. Todo esto convierte al jengibre en un aliado natural para quienes buscan regular su glucosa de forma complementaria y saludable.

Cómo preparar la infusión

Hay muchas maneras de incorporar el jengibre en nuestra dieta diaria, pero una de las formas más sencillas y efectivas es a través de una infusión, ideal para tomar poco antes de dormir. Esta bebida además de ayudar a regular el azúcar en la sangre, también facilita el descanso, especialmente cuando las molestias estomacales son la causa de un sueño inquieto.

Para preparar la infusión con jengibre fresco, basta con pelar y cortar un par de rodajas finas por cada taza. Al calentar el agua y, justo antes de que llegue a ebullición, se agregarán las rodajas de jengibre. Una vez que comience a hervir, se retirará del fuego y se dejará reposar la infusión durante unos 15 minutos, permitiendo que el jengibre libere todos sus compuestos beneficiosos.