Juan Rodríguez de Rivera
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La dieta mediterránea, reconocida como una de las más prestigiosas del mundo, está estrechamente vinculada a la alta longevidad de quienes la adoptan. Tradicionalmente se ha considerado la dieta característica de España, pero la realidad es que los españoles están abandonándola progresivamente. Factores como el creciente consumo de carne, la popularidad de los alimentos ultraprocesados y el abuso de alcohol están transformando los patrones alimenticios tradicionales, asociados con una buena calidad de vida, en hábitos que generan malestar y enfermedades a largo plazo.

Entre los sistemas del cuerpo más afectados por una alimentación inadecuada, destaca el circulatorio. Los alimentos pueden provocar inflamación, elevar la presión arterial y fomentar la acumulación de colesterol en las paredes de los vasos sanguíneos. Para proteger la salud del corazón, la solución es conocida: incluir de manera regular en nuestra dieta más frutas, verduras, legumbres y frutos secos. Estos alimentos son ricos en fibra y compuestos antiinflamatorios que benefician al organismo.

A medida que introducimos alimentos saludables, es importante eliminar o reducir aquellos que perjudican al corazón. Lauren Baldwin, experta en Cardiología del Instituto de Salud Cardíaca y Vascular de Orlando, Estados Unidos, advierte sobre seis alimentos que los cardiólogos evitan a toda costa. En su lista, señala el impacto negativo del azúcar, la sal y las grasas trans y saturadas, que son los principales enemigos de una dieta saludable.

Las carnes procesadas

El primer alimento que Baldwin ha incluido en su lista negra es uno de los favoritos en España: los embutidos, los jamones curados, las salchichas… Te apañan una cena o una merienda en tiempo récord y, sin duda, tienen un sabor que nos encanta, pero, por desgracia, han probado tener inconvenientes para la salud. Para Baldwin, son una triple amenaza: tienen mucha sal —que dispara la tensión—, tienen mucha grasa saturada —que eleva el colesterol LDL— y están repletas de radicales libres —que aumentan el riesgo de cáncer—.

Las patatas fritas

Los aperitivos son una perdición cuando los tenemos cerca, difícilmente nos resistimos a seguir picando. Sin embargo, hay aperitivos más saludables, como los frutos secos o las aceitunas. De entre los menos saludables, ninguno es tan famoso en todo el mundo como las patatas fritas. Pensarás que por lo menos están hechas con una hortaliza, pero las patatas son muy porosas y, por eso, cuando se fríen en aceite se impregnan por completo en aceite. No aportan casi fibra, tienen muchas calorías, grasas insanas y, por supuesto, mucha sal.

[Esta es la cantidad de patatas fritas a partir de la que se dispara el riesgo de infarto]

La comida rápida

Todos los que nos adentramos en un restaurante de hamburguesas o de perritos calientes estamos prevenidos de que lo que vamos a comer no es, precisamente, saludable. Más que saciar el hambre, lo que buscamos es darnos un capricho; pero deberíamos andarnos con ojo con darnos ese capricho demasiado a menudo. De hecho, es frecuente encontrar en esos establecimientos, precisamente, patatas fritas y carne procesada. La comida rápida cumple los mismos pecados: demasiadas calorías, sal y grasas insanas.

La carne roja

Sí, la carne roja es una importante fuente de proteínas, pero no es tan saludable como hemos pensado siempre. A pesar de que se considera un alimento muy normalizado en la dieta diaria en España, este alimento no pertenece en realidad a la dieta mediterránea. Las legumbres, los cereales integrales y los frutos secos han sido una fuente de proteínas más tradicional y más saludable. Baldwin explica que la carne roja tiene un alto contenido en grasas saturadas y produce sustancias insanas para el corazón en la microbiota.

Las bebidas azucaradas

El agua es, sin duda, la bebida más saludable que podemos tomar durante el día, aunque a muchas personas no les convence su falta de sabor. Por eso, hay quien decide hidratarse con una lata de su refresco favorito, pero esta opción supone un aporte demasiado alto de azúcares. Debido a este ingrediente tienen una cantidad alta de calorías y si, encima, tienen cafeína pueden provocar palpitaciones e, incluso, arritmias. Estas bebidas, en general, aumentan el riesgo de enfermedades metabólicas como la diabetes.

Las palomitas del cine

Por último, Baldwin sitúa en su punto de mira a otro de los aperitivos más famosos: las palomitas que comemos en el cine. Esta experta se refiere a que estas palomitas suelen estar elaboradas con una alta cantidad de mantequillas e, incluso, con grasas más baratas, pero peores para la salud. Estos pueden ser el aceite de coco y también el de palma, que a veces se mezclan junto a las mantequillas. En cualquier caso, Baldwin explica que las palomitas que podemos hacer nosotros mismos en casa con granos de maíz sí que pueden ser un aperitivo saludable. En este artículo de EL ESPAÑOL puedes consultar cómo hacerlas.