Si todos los españoles mejoramos nuestra dieta, los cardiólogos saben a ciencia cierta que las muertes cardiovasculares caerían en picado. Precisamente, estos fallecimientos han registrado en 2023 una caída histórica: con un descenso de un 5,3% con respecto al año anterior, se convirtieron en la segunda causa de muerte en España por primera vez. Si bien los tumores se han situado como la primera causa de defunción el año pasado, la diferencia todavía es tímida y el año pasado se registraron 114.685 muertes en España por enfermedades del sistema circulatorio.
Según la Real Academia de Medicina de España, la patología cardiovascular más frecuente en nuestro país es la cardiopatía isquémica, el infarto de miocardio y sus secuelas con 27.203 muertes. Por detrás, se encuentran las enfermedades cerebrovasculares, el ictus y sus secuelas, que produjeron 23.173 fallecimientos. Después, la insuficiencia cardíaca con sus múltiples causas produjeron 19.107 muertes y la hipertensión y sus complicaciones, 14.459 defunciones.
La dieta, en este sentido, tiene un papel muy importante para reducir estas cifras todavía más en los próximos años. Así lo ha explicado la cardióloga Sharonne Hayes, que trabaja en la Clínica Mayo, en Estados Unidos: "No hay un alimento en concreto que te va a salvar la vida. Pero tampoco hay uno que te vaya a matar, todo consiste en un equilibrio". El medio británico The Sun ha recogido, en este sentido, cuáles son los seis alimentos que esta experta recomienda evitar para reducir la mortalidad.
Alimentos grasientos
Las salchichas ocupan el primer puesto en la lista de esta cardióloga sobre los alimentos más indeseables para la salud del corazón. Aunque no son tan populares como en el Reino Unido, que forman parte de su desayuno tradicional, en España solemos comprarlas para hacer comidas y cenas en un abrir y cerrar de ojos. Las salchichas son una de las peores expresiones de la carne procesada porque suelen estar elaboradas con carnes de peor calidad y, por eso, son tan baratas.
Tienen un excesivo contenido de grasas saturadas y de sal que pueden favorecer el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Otras carnes procesadas, como el chorizo o el jamón, tienen efectos similares en la salud y, por eso, debemos tomarlas con más moderación. Las patatas fritas también se encuentran en este listado, aunque ya sospechábamos de ellas. No sólo favorecen la obesidad, que es uno de los factores que provocan la enfermedad cardiovascular, sino que su alto contenido en sal perjudica a las personas con hipertensión.
Los postres dulces también deben restringirse, según explica Hayes en el artículo de The Sun. "Está bien disfrutar del azúcar, pero reduce el consumo de caprichos dulces al mínimo. Tomar demasiada azúcar puede contribuir a que las personas tomen demasiadas calorías, lo que puede contribuir a la ganancia de peso. El sobrepeso aumenta tu riesgo de problemas para la salud, como las enfermedades del corazón, algunos cánceres y la diabetes tipo 2", describe The Sun.
Fallo cardíaco
El siguiente aspecto de la dieta en la que Hayes incide es en el exceso de proteínas que la puede caracterizar. Pero, ¿por qué esto puede ser malo para el corazón? Según un artículo de Circulation: Heart Failure, los hombres que siguen una dieta alta en proteínas tenían un 33% más de riesgo de fallo cardíaco. Esto puede deberse, según The Sun, a que en los países occidentales nuestro consumo de calorías viene principalmente dado por las carnes rojas, que tienen grasas saturadas, y no tanto por los pescados o los frutos secos.
Las bebidas altamente energéticas se han situado también en el punto de mira de los cardiólogos por su capacidad de provocar hipertensión y arritmias, pero también irritabilidad, insomnio, cefaleas y ansiedad. Debido a que estas bebidas son especialmente atractivas para los menores de edad, algunas regiones de España están planteando prohibirlas a los consumidores menores de 18 años, tal y como explica este artículo de EL ESPAÑOL. Estas bebidas están elaboradas a base de azúcar y cafeína, ambas en cantidades muy elevadas.
Por último, Hayes cierra su lista haciendo mención al aceite de coco, una grasa que se ha popularizado en los últimos años en muchos casos para recetas de repostería. Se trata de un producto que muchas personas creen que es saludable, pero que contiene una elevada proporción de ácidos grasos saturados. The Sun recomienda que lo utilicemos para el cuidado de la piel, pero que lo mantengamos alejado de nuestras cocinas.