La polémica alrededor de la vitamina D y sus supuestos beneficios no deja de acrecentarse con los años. Si bien asociaciones médicas como la prestigiosa Sociedad de Endocrinología de Estados Unidos han llegado a barajar cambiar los rangos de salud recomendables para esta vitamina, no pocos estudios indican justo lo contrario: los niveles óptimos deberían ser superiores a los actuales.
Las funciones de la vitamina D, sostienen estos trabajos, van más allá de reducir el riesgo de osteoporosis. Un nuevo estudio publicado en el Journal of the Endocrine Society sugiere de este modo que la suplementación de vitamina D sería eficaz en un ámbito muy diferente al metabolismo cálcico y la salud ósea. Para pacientes con sobrepeso u obesidad, condiciones que afectan a más del 50% de la población en España, podría reducir la tensión arterial.
Controlar la hipertensión y mantenerla en niveles seguros es una tarea esencial que puede llegar a ser muy complicada en algunos casos. Un mal control prolongado de la tensión arterial, especialmente en adultos mayores, puede aumentar el riesgo de sufrir eventos como infartos de corazón y sobretodo ictus cerebrales. Dicho riesgo se agrava en caso de sufrir sobrepeso u obesidad.
Sin embargo, en estos casos, la suplementación con vitamina D sería una forma eficaz y sencilla de reducir los niveles de tensión arterial. Estudios previos ya habrían sugerido que el déficit de vitamina D se relaciona con un mayor riesgo de hipertensión, mayor riesgo cardiovascular, y mayores probabilidades de sufrir tanto infecciones como ciertos tipos de cáncer.
Para este nuevo estudio los investigadores analizaron los efectos de tomar 600 UI o 3750 UI de vitamina D al día durante un año en 221 adultos mayores con obesidad. Además, los participantes también recibieron 250 mg de citrato de calcio asociado a esta suplementación. En ambos grupos se observó una reducción de 3,5 mmHg en la presión arterial sistólica, y de 2,8 mmHg en la presión arterial diastólica.
"La vitamina D y el calcio reducen la PAS (presión arterial sistólica) y la PAD (presión arterial diastólica) en personas mayores con sobrepeso, pero más no es necesariamente mejor. Este efecto se observa en personas con un IMC superior a 30 y con diagnóstico de hipertensión, pero parece ser en gran medida independiente de la dosis", explican los investigadores.
Actualmente las guías médicas a nivel internacional aconsejan que el consumo diario de vitamina D dietética sea de alrededor de 600 UI internacionales. Sin embargo, su suplementación, dependiendo de cada caso, puede llegar hasta las 2.000 UI.
"Este trabajo sugiere que la suplementación con vitamina D puede reducir la presión arterial en subgrupos específicos, como las personas mayores, las personas con obesidad y, posiblemente, en aquellas personas con bajos niveles de esta vitamina", explica Ghada El-Hajj Fuleihan, autora principal del estudio.
Cabe puntualizar, eso sí, que, los expertos aconsejan realizarse un análisis sanguíneo y comprobar si realmente existe un déficit como tal antes de optar por el consumo de suplementos de vitamina D.
Además, para obtener los máximos beneficios, la suplementación debe usarse junto a un estilo de vida saludable, incluyendo una dieta equilibrada, ejercicio regular y un buen control del peso entre otros factores.