Es uno de los dulces más tradicionales de España, popular durante los meses de invierno y, en particular, en fechas navideñas, cuando compite con otros clásicos como turrones, mazapanes, almendrados y polvorones. La receta del pan de higo, de larga historia y con posibles influencias árabes, se basa en combinar frutos secos y especias. Elaborado principalmente con higos secos y almendras, este dulce ha sido durante siglos una solución ingeniosa para conservar alimentos, ofreciendo una excelente fuente de energía nutritiva.
Aunque muchas familias aún conservan la tradición de prepararlo artesanalmente en casa, lo más habitual en la actualidad es adquirirlo ya listo para su consumo. Un ejemplo es el pan de higo de la marca Villacruz, que podemos encontrar en Mercadona por un precio de 2,30€. Está elaborado con ingredientes naturales, como higos secos (90%), almendras (10%), canela y anís, sin azúcares añadidos ni otros aditivos, más allá de los propios azúcares naturales del higo.
En cuanto a su información nutricional, por cada 100 gramos aporta 331 kilocalorías, con 7,4 gramos de grasas, de las cuales 0,87 gramos son saturadas. También contiene 54,6 gramos de hidratos de carbono, de los cuales 52 gramos corresponden a azúcares. Además, proporciona 9,93 gramos de fibra alimentaria, 6,5 gramos de proteínas y tan solo 0,02 gramos de sal, lo que lo convierte en una opción energética y rica en fibra, ideal para quienes buscan un dulce natural.
Fibra, minerales y vitaminas
El pan de higo es un alimento con múltiples beneficios para la salud, gracias a su composición rica en nutrientes esenciales. Uno de sus efectos más destacados es su capacidad para generar saciedad, debido a su alto contenido en fibra, ayudando a controlar el apetito. Además, esta fibra dietética promueve un tránsito intestinal regular, ayudando a prevenir el estreñimiento de forma natural.
El pan de higo también puede tener beneficios para el corazón. Los minerales presentes en los higos, como el potasio y el magnesio, ayudan a regular los niveles de colesterol y glucosa en sangre. En particular, favorecen la eliminación del colesterol "malo" (LDL), lo que reduce significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Otra particularidad es que es rico en antioxidantes y vitaminas, lo que le otorga propiedades que combaten el estrés oxidativo y retrasan el envejecimiento celular. Su consumo puede contribuir a una piel más saludable, mejorando su aspecto y reduciendo los signos visibles del envejecimiento, como las arrugas. Su contenido en calcio y magnesio ayudan a fortalecer los huesos y previenen problemas como la osteoporosis y a un buen funcionamiento de los músculos y del sistema nervioso.
Alto valor energético
Una de las principales características del pan de higo es su alto valor energético, con más de 300 kilocalorías por cada 100 gramos. Esta propiedad lo convierte en un alimento ideal para quienes necesitan un aporte rápido y sostenido de energía, como deportistas o personas con un estilo de vida activo. A diferencia de las barritas energéticas procesadas, se elabora con ingredientes naturales que aportan carbohidratos de absorción rápida y una combinación equilibrada de nutrientes esenciales.
Sin embargo, esta ventaja puede convertirse en un inconveniente si no se consume con moderación. Su elevada densidad calórica, resultado de la combinación de hidratos de carbono y grasas saludables en una forma concentrada, puede ser un obstáculo para quienes buscan mantener un consumo calórico controlado o están en un plan de pérdida de peso.
Además, aunque sean naturales y provenientes de los higos secos, sus alto contenidos en azúcares pueden representar un problema para personas que necesitan controlar sus niveles de azúcar en sangre, como personas con diabetes.
Por todo ello, es fundamental consumir el pan de higo con moderación, evitando excesos que podrían generar más perjuicios que beneficios. Disfrutar de este sabroso y nutritivo alimento es perfectamente posible, siempre que se integre de manera equilibrada en una dieta saludable.