El cardiólogo Aurelio Rojas.

El cardiólogo Aurelio Rojas.

Nutrición

El cardiólogo Aurelio Rojas alerta sobre el pan que más tomamos en España: puede producir cardiopatías

J. Rodríguez
Publicada
Actualizada

Si decimos que un alimento es de toda la vida, automáticamente solemos asumir que se trata de un alimento saludable. Sin embargo, esto no siempre es así. Es lo que sucede con el pan blanco: a pesar de ser, probablemente, el alimento de toda la vida por excelencia, en los últimos años ha pasado de ser uno de los grandes enemigos de los expertos de la salud. Y esto se debe al azúcar que introduce en nuestro cuerpo sin que nos demos cuenta.

El pan está presente en prácticamente todas las comidas que hacemos los españoles a lo largo del día y está compuesto prácticamente en su totalidad por harinas refinadas. "La harina refinada es principalmente almidón —una importante materia prima para la industria alimentaria— y, en cuanto se mezcla con la saliva, se convierte en glucosa", explica el epidemiólogo Miguel Ángel Martínez-González en su libro Salud a ciencia cierta.

"Dicho en otras palabras: es como si comiéramos azúcar", añade este experto. "El cuerpo humano es supereficaz para convertir con mucha rapidez el pan blanco —y, por supuesto, también las galletas, bollería, pasta, patatas y arroz— en azúcar". Si bien haber tomado conciencia sobre el abuso del pan blanco en España nos puede acercar a una mejor salud, también se ha demonizado su consumo.

En consecuencia, el cardiólogo Aurelio Rojas ha advertido en su perfil de Instagram que "el consumo de un alimento básico como es pan en los países desarrollados, en los que se encuentra España, ha disminuido drásticamente". Según explica en uno de sus vídeos, esto se debería a la asociación que se ha hecho entre el pan y el riesgo mayor de padecer diabetes, sobrepeso, obesidad o también intolerancia al gluten.

"El pan es uno de los alimentos más consumidos en el mundo, pero también uno de los más debatidos en términos de salud", explica Rojas. "Lo cierto es que el pan, especialmente el blanco, es capaz de elevar tus niveles de azúcar en sangre debido a su alto índice glucémico. Por lo que su consumo en exceso puede producir diabetes tipo 2, obesidad o enfermedades cardíacas".

Además, en los supermercados encontramos con frecuencia panes que son auténticos ultraprocesados: panes de molde, tostadas crujientes, colines… "El pan ultraprocesado está lleno de aditivos y conservantes, lo que sabemos que no es bueno para nuestra salud. Opta por panes integrales, de centeno o sin gluten. Son los más ricos en nutrientes beneficiosos y en fibra", destaca el cardiólogo.

Un pan que se salva

Por tanto, no todos los panes son alimentos insanos y, de hecho, algunos han demostrado tener beneficios para la salud. "Sabemos que la obtención de energía de hidratos de carbono proveniente de granos enteros, como los que contiene el pan, se relaciona con hasta un 21% de disminución de mortalidad cardiovascular", explica Rojas. Pero ¡ojo! porque el pan que muestra estos beneficios es sólo el integral, según explica.

"A pesar de que cada vez comemos menos pan, la incidencia de estas enfermedades y la mortalidad cardiovascular no hace más que aumentar", explica el cardiólogo. Con esto sugiere que el problema de la alta incidencia de estas enfermedades en España no se encuentra en el consumo habitual de pan blanco. Anima, por tanto, a que sigamos comiendo pan, eso sí, en su variedad integral.

Pero, ¿qué es lo que cambia cuando elegimos un pan integral? La harina con la que se hace este pan conserva todas las capas del grano de trigo, siendo la más importante el salvado. Esta capa contiene fibra y minerales, principalmente. Gracias a la fibra, la digestión del pan se hace más lenta y sus azúcares penetran en el torrente sanguíneo de una manera más lenta, sin provocar ascensos y bajadas en forma de picos.

Y esto no sólo reduce el riesgo de enfermedades y, por tanto, de mortalidad por varias causas. Sino que, además, genera una sensación más duradera de saciedad y evita que hagamos un sobreconsumo de calorías para llenarnos. Es decir, que, a pesar de que el pan blanco y el pan integral tienen una cantidad de calorías similar, el segundo ayuda a que adelgacemos y mantengamos un peso más óptimo para nuestra salud.