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Las Navidades están a la vuelta de la esquina. Unas fechas muy particulares en muchos aspectos. Empezando porque son días en los que solemos trabajar menos y cogernos algunas vacaciones. Además, durante estas jornadas festivas es muy fácil que descuidemos muchas de nuestras costumbres, empezando por los hábitos alimenticios. Una situación que puede conducirnos a problemas de salud relacionados, muchas veces, con el corazón

En estas fechas, lo normal es que comamos más y peor. Que caigamos en los excesos, que no cuidemos qué alimentos forman parte de nuestra dieta y que nos entreguemos a placeres como el marisco, las carnes rojas o el alcohol, ya que no faltan ni las copitas de vino, ni las cervezas ni tampoco ese refresco de labios con el champán o el cava. 

Dentro de esta gran lista de alimentos que forman parte de los típicos de Navidad tenemos varios productos que son difíciles de esquivar porque se trata de pequeños placeres que nos damos en contadas ocasiones al año. Uno de ellos es el jamón, ese bien preciado de nuestra gastronomía que durante estas comidas y cenas se hace más habitual que nunca. 

Aunque el jamón suele formar parte del menú semanal de muchas personas durante todo el año, lo cierto es que en Navidad nos damos el capricho de gastarnos unos euros de más en aumentar su calidad, apostando por el jamón ibérico de mayor rango que nuestro bolsillo nos permita disfrutar. 

Sin embargo, este alimento tan representativo de nuestra gastronomía tiene algunas contraindicaciones que muchas personas no conocen. Y es que a pesar de que sea una seña de identidad de España, trae consigo una serie de malas noticias que conviene saber, tal y como comentan muchos grandes expertos. Sin embargo, en líneas generales, todos los médicos y nutricionistas recomiendan hacer un consumo moderado por diferentes motivos. 

¿Es bueno comer jamón serrano?

Los médicos y nutricionistas advierten de la necesidad de reducir la ingesta de todo tipo de carnes procesadas. De hecho, la Organización Mundial de la Salud recomienda comer carne roja sólo una vez a la semana. Y es que cada vez más estudios hablan de la relación entre estos productos y un aumento del riesgo de padecer cáncer de colon. Una de las referencias de esta afirmación la aportó en 2015 el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC). 

Una de las investigaciones más fiables en este sentido, realizada por investigadores de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California (Estados Unidos), señala la conexión entre el consumo de carne roja y un mayor riesgo de desarrollar estas enfermedades. Dicho estudio fue publicado en la revista científica Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention de la American Association of Cancer Research (AACR).

Históricamente, muchas personas han relacionado también al jamón serrano con este tipo de problemas. Sin embargo, tal y como aclara la experta en dietética y nutrición Arantza Ruiz de las Heras, no hay indicios que demuestren esta cuestión. Esta especialista y miembro de la Sociedad Española de Dietética y Nutrición (SEDYN) y dietista-nutricionista en el Hospital Universitario de Navarra, explica en una entrevista a Europa Press que el jamón serrano no es un embutido. 

En contra de lo que toda España cree, y aunque forme parte de los derivados cárnicos y esté dentro del grupo de las salazones, la principal característica de estos productos es que están contenidos en una tripa. Una situación que lógicamente no se produce con el jamón. Por lo tanto, no se puede considerar un embutido como tal. 

Sin embargo, esta experta alerta a todos los españoles ante las fechas que se vienen, ya que hay que moderar su consumo. El principal motivo es porque aporta grasas saturadas, mucha sal y calorías. Por ello, no hay que comerlo a diario e intentar no hacerlo en días seguidos. 

Aunque no hay un número exacto de días que debemos comer este producto, ella lo dejaría en un consumo "ocasional". "Son grasas saturadas no cardiosaludables. Aparte se añaden despojos que tienen mucho colesterol y sal. En general, la composición nutricional no es buena, aporta muchas calorías, mucha grasa e incluso aporta azúcares.

Por lo tanto, asegura que "saludable no es". Ante cualquier duda, esta experta revela que no hay relación entre el consumo de jamón y un aumento de la probabilidad de padecer enfermedades graves. No obstante, aclara respecto a incluirlo en nuestras dietas, como sucede en esta época del año, que "cuanto menos, mejor".

Arantza Ruiz de las Heras es de la opinión de que no hay alimentos prohibidos, pero sí hay que saber qué productos debemos priorizar como son los casos de las frutas, verduras y de aquellos que contengan proteínas de calidad. "Dentro de un plan saludable, donde hay muchos vegetales, tomar un poco de jamón serrano no es problemático. Al final hay que comer de manera equilibrada y variada".