M. Domínguez
Publicada

El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF, por sus siglas en inglés) ha emitido una notificación tras observar alcaloides de pirrolizidina en comino molido con origen en España. La alerta, fechada el 17 de diciembre de 2024, fue reportada por las autoridades de Bélgica tras un control interno realizado por la empresa responsable del producto.

El producto afectado, comercializado por la empresa Tok Food Belgium, se distribuía con la marca Favorim en un embalaje de plástico de 100 gramos. El lote en cuestión se distribuyó a diferentes puntos de venta entre el 18 de marzo y el 4 de octubre de este año.

Según el informe, al detectar un "contenido demasiado elevado de alcaloides de pirrolizidina", la empresa ha decidido solicitar a sus clientes que no consuman el comino molido y lo devuelvan al punto de venta en que lo compraron.

El nivel máximo aceptado de este tipo de sustancias es de 400 microgramos por kilogramo. Los resultados del análisis del lote en cuestión mostraron una concentración de 3.113 microgramos por kilogramo.

Según la Fundación Vasca para la Seguridad Agroalimentaria (Elika), los alcaloides de pirrolizidina son toxinas naturales producto del metabolismo secundario de las plantas para defender a estas de los insectos y depredadores.

El 3% de todas las plantas con flores pueden contener estos alcaloides, unas 6.000 especies de plantas en todo el mundo.

Según los datos de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, los alcaloides de pirrolizidina 1,2-insaturados pueden actuar como genotóxicos y carcinógenos en humanos, siendo el hígado el principal órgano diana.

La exposición a estas toxinas conlleva un riesgo "serio", según el RASFF, en el caso de consumidores frecuentes, en especial en los grupos más jóvenes.

Posiblemente carcinógeno

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) ha clasificado los alcaloides de pirrolizidina dentro del grupo 2B, "posiblemente carcinógenos para el ser humano". No son tóxicos en sí mismos sino que su toxicidad viene de su metabolismo, al ser transformados en pirroles en el hígado.

La detección del problema, gracias a un chequeo interno de la empresa responsable, evidencia la eficacia de los sistemas de control de calidad. No obstante, las autoridades han subrayado la necesidad de reforzar las inspecciones tanto en el país de origen como en el destino para garantizar el cumplimiento de las normativas alimentarias de la Unión Europea.

En España, la alerta más sonada por alcaloides pirrolizidínicos se dio en febrero de 2020, cuando se retiraron varios lotes de orégano seco comercializados por un conocido supermercado.

En diciembre de ese mismo año se oficializó la primera legislación que regula los niveles máximos de estos alcaloides en alimentos como tés, infusiones, suplementos alimenticios, polen, hierbas secas y comino.

Como explican en este artículo de The Conversation, la ingesta de estos tóxicos provoca diversos grados de daño hepático y enfermedad veno-oclusiva, pudiendo dar lugar a fallo hepático.

El 60% de los suplementos alimenticios a base de plantas y un 92% de los tés e infusiones de hierbas contienen cantidades detectables de alcaloides de pirrolizidina.