P. Fava
Publicada

Una investigación de la Universidad del Sur de Australia (UniSA) ha mostrado que adoptar una dieta saludable ayuda a reducir la gravedad del dolor crónico, con independencia del índice de masa corporal que presente cada persona.

Los resultados del estudio, publicados en Nutrition Research, revelan que un mayor consumo de verduras, frutas, cereales, carnes magras y productos lácteos se asocian con menos dolor, especialmente en mujeres, que son junto a las personas con sobrepeso los colectivos con tasas más altas de dolor crónico.

El dolor crónico es una afección aguda y debilitante que afecta al 30 por ciento de la población. Aunque existen tratamientos para aliviar el dolor, muchas personas no reciben ninguno, por lo que los investigadores han destacado el consumo de alimentos sanos como una "forma fácil y accesible" para que los pacientes controlen su situación.

"Todo el mundo sabe que comer bien es bueno para la salud y el bienestar, pero saber que unos cambios sencillos en la dieta pueden compensar el dolor crónico puede cambiar la vida", ha afirmado la investigadora de doctorado de UniSA, Sue Ward, en declaraciones recogidas por Europa Press.

Ward ha señalado que las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que contienen los alimentos más saludables pueden ser las responsables de la reducción del dolor, pero ha puntualizado que aún se desconoce si una dieta de peor calidad conduce a más dolor o si es este el que conduce a comer peor.

Comidas dolorosas

Una dieta occidental típica, rica en grasas, puede aumentar el riesgo de padecer trastornos dolorosos comunes en personas con afecciones como la diabetes o la obesidad, según un estudio liderado por el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio (Estados Unidos) y publicado en la revista Nature Metabolism

Los autores descubrieron que las dietas occidentales típicas con alto contenido en grasas poliinsaturadas omegas constituían un importante factor de riesgo tanto para el dolor inflamatorio como para el neuropático.

Las dietas occidentales asociadas a la obesidad se caracterizan por niveles mucho más altos de esos ácidos en alimentos que van desde las patatas fritas de maíz hasta los aros de cebolla, que las grasas omega-3 saludables, que se encuentran en el pescado y en fuentes como la linaza y las nueces.

En general, los alimentos poco saludables con alto contenido en grasas omega-6 incluyen los aperitivos procesados, la comida rápida, los pasteles y las carnes grasas y curadas, entre otros.

Los investigadores evidenciaron que la reversión de esta dieta, especialmente mediante la reducción de los omega-6 y el aumento de los lípidos omega-3, redujo en gran medida estas condiciones de dolor.

Además, los autores demostraron que los niveles de lípidos omega-6 en la piel de los pacientes con dolor neuropático diabético de tipo 2 estaban fuertemente asociados a los niveles de dolor declarados y a la necesidad de tomar fármacos analgésicos.