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El tipo de pan muy consumido en España.
El pan muy consumido en España sobre el que alertan los nutricionistas: este es uno de sus mayores riesgos
Es importante seguir una serie de recomendaciones si quieres añadir todas las propiedades de uno de los alimentos más consumidos en nuestra dieta.
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Los datos facilitados por la asociación Pan Cada Día, revelan que el 92,6% de la población española toma pan frecuentemente, además de que más de la mitad, un 75,1%, prefiere consumir pan blanco. Siete de cada diez españoles comen entre media barra y una rebanada diaria, siendo las mujeres las más adeptas a este alimento tan básico como delicioso.
En definitiva, el pan es algo "muy de nosotros", de nuestra dieta mediterránea. Del mismo modo que, debido a nuestro estilo de vida, donde las prisas dominan nuestro día a día, congelar este apreciado acompañamiento de nuestras comidas es algo muy habitual en los hogares.
Pero, ¿es esta práctica del todo saludable? En los últimos tiempos, las redes sociales han popularizado la idea de que congelar el pan podría hacerlo más óptimo para nuestra salud. Sin embargo, es importante entender qué dice la ciencia al respecto. ¿Realmente congelar el pan hace que sea mejor para nuestra salud o es solo un mito que circula en las redes?
Congelar pan para hacerlo más saludable. ¿Un mito?
Recientemente, en plataformas como TikTok, muchos influencers han afirmado que congelar el pan mejora su calidad nutricional. Según estos videos, el proceso de congelación aumenta la cantidad de almidón resistente, lo que reduce el impacto del pan en los niveles de azúcar en sangre. Pero, ¿es esto realmente cierto?
El doctor Duane Mellor, experto en nutrición, explica que cuando el pan se cocina, el calor transforma el almidón en una forma más digerible, lo que permite que nuestro cuerpo lo absorba fácilmente. Sin embargo, cuando este pan se enfría, el almidón vuelve a cambiar y se convierte en lo que se conoce como "almidón resistente". Este tipo de almidón es más difícil de descomponer, lo que significa que tiene menos impacto en los niveles de glucosa e insulina en sangre.
De acuerdo con algunos estudios, congelar pan blanco y luego tostarlo podría reducir la respuesta de glucosa en sangre hasta en un 39%. El Dr. Mellor asegura que este fenómeno se debe a la conversión del almidón en su forma resistente, lo que ayuda a evitar picos de insulina. No obstante, estos efectos son temporales y se limitan a unas pocas horas después de la comida.
¿Es suficiente para considerarlo un alimento saludable?
Aunque los efectos inmediatos de congelar el pan pueden ser positivos, es importante tener en cuenta que no hay evidencia que sugiera que congelar el pan tenga un impacto a largo plazo en el control del peso o en la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2.
El Dr. Mellor también aclara que, aunque la formación de almidón resistente es beneficiosa a corto plazo, sus efectos sobre la salud a la larga son modestos, es decir, no suponen un impacto significativo sobre nosotros.
Además, aunque congelar el pan puede reducir ligeramente la cantidad de glucosa disponible en él, los beneficios no son tan significativos como algunos videos sugieren. Por lo tanto, congelar el pan puede ser una opción útil si deseas reducir el desperdicio de alimentos y disfrutar de un leve beneficio en la digestión, pero no esperes milagros en términos de salud a largo plazo.
Los riesgos de congelar pan
Sin embargo, congelar pan también tiene sus riesgos. Aunque la congelación puede hacer que el pan se conserve por más tiempo, también puede alterar su sabor, textura y valor nutricional. Según un medio italiano, congelar el pan durante largos períodos puede degradar las vitaminas, como la vitamina B, que son esenciales para nuestra salud.
La textura también se ve afectada, ya que el pan congelado tiende a volverse más denso y menos esponjoso una vez descongelado. Además, algunos expertos advierten que la congelación prolongada puede hacer que el pan sea más difícil de digerir, lo que podría generar molestias en el sistema digestivo.
"Uno de los mayores riesgos asociados con el pan congelado es la proliferación bacteriana" afirma el medio. Al descongelar el pan a temperatura ambiente, la humedad que se libera en su superficie crea un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias y moho. Este problema se agrava si el pan se recongela después de haber sido descongelado, ya que el proceso repetido de congelación y descongelación puede dar lugar a la formación de sustancias químicas tóxicas, como la carboximetilcelulosa.
Precauciones para congelar el pan
Para evitar estos riesgos, los expertos recomiendan tomar algunas precauciones al congelar el pan. Es crucial dividirlo en porciones individuales antes de congelarlo para evitar recongelarlo varias veces.
También es importante asegurarse de que el pan esté envuelto adecuadamente en bolsas herméticas o film transparente para mantener su calidad y evitar que se forme condensación en su interior. Además, la descongelación debe hacerse de manera segura, preferiblemente en el frigorífico o, si se desea restaurar la textura, en el horno a baja temperatura.
Igualmente, si decides congelar tu pan, aquí tienes algunos consejos útiles para disfrutarlo sin comprometer su calidad ni tu salud:
- Divide en porciones. Congela el pan en porciones individuales para evitar la recongelación.
- Envuelve bien el pan. Utiliza bolsas herméticas o film transparente diseñado para congelación, garantizando que el pan esté bien sellado.
- Descongela con precaución. Lo mejor es hacerlo en el frigorífico, de manera lenta, para evitar la proliferación de bacterias.
- Evita recongelarlo. No vuelvas a congelar el pan una vez descongelado, ya que esto puede generar compuestos químicos dañinos.
Si finalmente decides congelar el pan, es importante hacerlo correctamente para evitar problemas de salud y aprovechar los beneficios que ofrece este proceso de forma segura. Y aunque la congelación puede ser una excelente estrategia para reducir el desperdicio de alimentos, no debe considerarse como una solución mágica para mejorar la calidad nutricional del pan.