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Morcilla. Adriana @ Great Food 360°/Flickr
Relacionan el colesterol LDL y HDL con el ictus isquémico
Las alteraciones en el colesterol podrían estar implicadas en el 20% de los ictus isquémicos, una de las principales causas de mortalidad.
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Un estudio ha revelado el papel "esencial" de las propiedades cualitativas de las lipoproteínas del colesterol en la fisiopatología de las enfermedades cardiovasculares, como el ictus isquémico. El trabajo, publicado en la revista Journal of Lipid Research, subraya la importancia de ir "más allá" de los niveles cuantitativos tradicionales de colesterol para valorar el riesgo de estas patologías.
Los investigadores explican que algunas alteraciones cualitativas, como el aumento de la carga eléctrica negativa en las liproteínas LDL y HDL, podrían tener un papel "causante" en la progresión de enfermedades cardiovasculares.
El 20% de los ictus isquémicos, una de las principales causas de mortalidad a escala mundial, están asociados directamente a la presencia de placas ateromatosas en las arterias carótidas, aumentando el riesgo de eventos cardiovasculares graves.
Tradicionalmente, la gestión clínica de estos pacientes se ha centrado en reducir los niveles de colesterol de LDL y HDL, pero el estudio pone de relieve que las características cualitativas de las lipoproteínas son también "fundamentales" en el desarrollo y progresión de estas enfermedades.
Los investigadores estudiaron, entre 2016 y 2019, un grupo de población que incluía a pacientes adultos que habían experimentado ictus isquémico de circulación anterior y ateroesclerosis carotídia diagnosticados recientementes, y un grupo de sujetos sanos como control. A la semana del primer ictus, las LDL presentaban una serie de modificaciones asociadas a procesos inflamatorios y aterogénicos que aumentan la vulnerabilidad de las placas carotídeas.
En cuanto a las HDL, se identificaron alteraciones que deterioraban sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, comprometiendo su capacidad para prevenir la modificación de las LDL y su efecto inflamatorio. Las alteraciones cualitativas se mantuvieron a pesar de la introducción precoz de medicamentos como las estatinas, lo que sugiere que las modificaciones tienen "raíces profundas" en la fisiopatología del paciente.
Aún así, tras un año de tratamiento, las LDL se volvieron menos susceptibles a la oxidación y agregación, mientras las HDL recuperaron parcialmente sus propiedades protectoras.
La investigación subraya la necesidad de un enfoque "integrador" que explore las propiedades cualitativas de las lipoproteínas, lo que puede ayudar a personalizar tratamientos según las características específicas de cada paciente. Sin embargo, el estudio presenta algunas limitaciones, como la muestra reducida de pacientes, aunque sí que abre una puerta "prometedora" para nuevos enfoques clínicos en un futuro.