El neurólogo y director del INBA, Alejandro Andersson.

El neurólogo y director del INBA, Alejandro Andersson.

Nutrición

El aviso del neurólogo Andersson a España: "El eritritol se relaciona con mayor riesgo cardiovascular y trombosis"

El experto en neurología alerta sobre los riesgos metabólicos y cardiovasculares del consumo de algunos de los edulcorantes más utilizados.

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En los últimos años, el consumo de edulcorantes artificiales ha crecido significativamente en España y en todo el mundo. Se estima que alrededor del 79% de la población adulta consume edulcorantes artificiales a diario, y que alrededor del 9% los consumen en alimentos y bebidas. Estos compuestos se encuentran en una amplia variedad de alimentos, desde refrescos y yogures hasta productos de panadería y fármacos. Y aunque han sido considerados una alternativa al azúcar para reducir la ingesta de calorías, estudios recientes han puesto esto en entredicho.

Sociedades científicas, como la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), han advertido ya de que los edulcorantes no son inocuos y que su impacto en el metabolismo podría estar subestimado. Algunos estudios recientes incluso han asociado su consumo con alteraciones en la microbiota intestinal, resistencia a la insulina y un mayor riesgo de enfermedades metabólicas. Factores que cada vez más preocupan también a los expertos.

Desde hace décadas, los edulcorantes artificiales han sido una alternativa popular al azúcar, utilizados en una amplia variedad de productos para reducir la ingesta calórica sin renunciar al sabor dulce. Sin embargo, nuevas investigaciones han puesto en duda su seguridad. Según el Dr. Andersson, Director del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), cada vez hay más evidencia científica sobre los efectos adversos que estos compuestos pueden tener en la salud.

Su impacto metabólico y digestivo 

"Los edulcorantes como el aspartamo, la sucralosa y el acesulfamo se han usado durante años como sustitutos del azúcar, pero cada vez hay más evidencia científica de sus efectos adversos", comienza afirmando el especialista.Uno de los principales problemas radica en su impacto sobre la microbiota intestinal.

Según explica el Dr. Andersson, estos edulcorantes pueden modificar el equilibrio de las bacterias intestinales, lo que podría contribuir al desarrollo de resistencia a la insulina, un factor de riesgo clave para la diabetes tipo 2, la obesidad y el sobrepeso. Además, el eritritol ha sido vinculado con un mayor riesgo cardiovascular al favorecer la formación de trombosis, algo que también señalan otros estudios como el dirigido por el Dr. Stanley L. Hazen, jefe del Departamento de Ciencias Cardiovasculares y Metabólicas en la Cleveland Clinic y su equipo. En cuanto a los polialcoholes como el xilitol y el sorbitol pueden causar hinchazón y diarrea.

La sucralosa también está en el centro de la controversia, ya que "puede alterar la barrera intestinal y promover la inflamación sistémica", advierte el neurólogo. Este tipo de reacciones inflamatorias podrían tener efectos negativos en la salud a largo plazo y derivar en enfermedades crónicas.

Pero más allá del impacto metabólico, algunos edulcorantes también pueden afectar el sistema nervioso central. El aspartamo, uno de los más utilizados en bebidas y productos "light", se descompone en el organismo en metanol, fenilalanina y ácido aspártico, compuestos que pueden influir en neurotransmisores como la serotonina y la dopamina. "Esto puede favorecer la ansiedad, la depresión y el insomnio", señala el Dr. Andersson. Además, ha sido vinculado con migrañas, excitabilidad neuronal y potenciales riesgos neurodegenerativos como el Alzheimer y el Parkinson.

Otro de los edulcorantes que están actualmente bajo la lupa es la sucralosa, que podría afectar la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, facilitando la neuroinflamación: "Si esta barrera se debilita, puede haber mayor susceptibilidad a procesos inflamatorios que afectan la función cerebral", alerta el especialista.

La recomendación de la OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) también ha tomado posición respecto a este tema. En un reciente informe, ha desaconsejado el uso de edulcorantes no azucarados, ya que "no ofrecen beneficios para bajar de peso y pueden aumentar el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad". En su lugar, el organismo internacional recomienda reducir la necesidad de sabores dulces en la alimentación y optar por alternativas naturales, como el consumo de frutas enteras.

Es por todo ello, por lo que los edulcorantes artificiales están lejos de ser una solución segura para reducir el consumo de azúcar como asegura también el experto. Este tipo de edulcorantes pueden traer consigo una serie de efectos secundarios que afectan la salud metabólica, cardiovascular y neurológica.

"Los edulcorantes no son necesarios y pueden generar más problemas que beneficios", concluye el Dr. Andersson. Ante esta evidencia, la mejor estrategia podría ser la moderación y una transición hacia alternativas más naturales y saludables.