El nutricionista Luis Zamora.

El nutricionista Luis Zamora.

Nutrición

Luis Zamora, nutricionista, alerta de cuánta agua debes beber en España: "Si se te olvida un vaso, que sea en el desayuno"

El consumo de agua no implica solo evitar la deshidratación, sino también mejorar la salud de todo nuestro organismo en general.

Más información: Esto es lo que le pasa a tu cuerpo cuando bebes agua nada más levantarte cada día según la ciencia.

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El agua representa entre un 50% y un 70% de nuestro organismo. Sin embargo, se le suele prestar poca atención al tipo de agua que bebemos, cuándo la bebemos, y en qué cantidad la bebemos. La excusa del tiempo, las prisas o los olvidos siguen siendo típicas hoy en día. El agua es indispensable para sobrevivir, y especialmente para vivir más y mejor, aunque no se le suele dar la importancia adecuada.

Con este concepto en mente, el nutricionista Luis Zamora ha querido dar una pequeña clase magistral sobre cómo y cuándo beber agua, aportado algunos trucos fáciles y aplicables a cualquier tipo de persona y estilo de vida. Como bien comenta, "la nutrición no es matemática, la nutrición es coherencia".

Para mantener una buena hidratación se debe lograr un nivel adecuado de agua, siendo la recomendación oficial y generalizada la de llegar a los 2 litros de agua diarios, aproximadamente ocho vasos de agua. Sin embargo, este es un concepto demasiado abstracto y generalista, y no es aplicable a todo el mundo, como ya han señalado algunos expertos, y como también recuerda Zamora.

Un buen truco sería, como explica él mismo, tener un vaso de agua en cada comida: "un vasito de agua en el desayuno, otro vasito de agua entre el desayuno y la comida. Como mínimo, durante la comida, otro vasito de agua. Entre comida y cena, mínimo, otro vasito de agua. Siempre que te sientes a la mesa tiene que haber un vaso de agua".

Con este sencillo truco, es decir, tener a mano un vaso de agua en cada comida, y entre las comidas principales, se logra fácilmente llegar al consumo de un litro de agua. Pero, además, Zamora recuerda la importancia de consumir alimentos ricos en agua como frutas y verduras, lo cual también se debería tener en cuenta en ese "contaje" final del día. Importa tanto la hidratación a través de líquidos como de sólidos.

Sin embargo, las necesidades de hidratación diaria varían entre personas, dependiendo de la edad, género, condición física y estado de salud. Además, algunos organismos como la Academia Nacional de los Estados Unidos recomiendan llegar a los 3,7 litros de agua en los hombres, y hasta los 2,7 litros de agua en el caso de las mujeres, siempre teniendo en cuenta bebidas y alimentos sólidos.

Otros expertos, sin embargo, usan cálculos mas sencillos, pero no por ello menos útiles: no sería obligatorio tomar hasta ocho vasos de agua diarios, sino beber cuando tengamos sed, y tener en cuenta todos los tipos de líquidos que ingerimos, siempre sin caer en los excesos. Esta recomendación hay que tratarla con sus debidos matices, dado que en algunos casos, como las personas de edades avanzadas, el mecanismo fisiológico de la sed está alterado y suelen tener a la deshidratación.

Por otro lado, más allá de la necesaria hidratación, cabe recordar que el consumo de agua también puede colaborar en la pérdida de peso, e incluso se ha relacionado con un menor riesgo de cálculos renales, episodios de migraña, infecciones urinarias o episodios de hipotensión.

Las revisiones científicas más recientes corroboran que esta "intervención ubicua y simple" otorga grandes beneficios. Beber unos seis vasos de agua al día ayudaría a perder peso, especialmente si se bebe agua antes de las comidas, gracias a su potencial saciante. Por su parte, aumentar el consumo de agua basal, sin caer en el exceso, reduciría los dolores de cabeza recurrentes.

Finalmente, beber al menos cuatro vasos de agua extra al día mejoraría el control del azúcar en sangre, y seis vasos de agua adicionales reduciría el riesgo de infecciones urinarias en aquellas personas más sensibles a estas. Por tanto, no solo se trata de evitar la deshidratación, sino de mejorar la salud e incluso colaborar en controlar mejor determinadas patologías.