En España la longevidad sigue aumentando año tras año, situándose en los 83,2 años de media. Sin embargo, esta forma parte del puesto seis en la lista de los países más longevos del mundo. Por encima encontramos a países como Japón con 84,4 años de media y seguido de Suiza, Corea del Sur, Singapur o Australia.

Una longevidad muy relacionada con el estilo de vida, con el ejercicio diario y hábitos que tengamos en el día a día, el clima, la contaminación... Pero sobre todo con el tipo de alimentación que sigamos y los hábitos alimenticios. 

En este aspecto, la dieta mediterránea consiste en un estilo de vida basado en una dieta equilibrada y variada en la que predominan alimentos obtenidos de cultivos tradicionales y que además, destaca por estar repleta de beneficios para la salud. Una dieta que en España tiene un claro protagonista más allá del conocido aceite de oliva, hablamos en este caso del ajo.

Este destaca por ser un alimento rico en minerales y vitaminas. Hablamos de un ingredientes especialmente apreciado en la cocina mediterránea y que destaca por tener un aroma y sabor únicos y muy característicos.

Un alimento aún más recomendado en la dieta, gracias a un reciente estudio que ha señalado como su integración en las diferentes comidas, también puede ayudar a reducir el colesterol, los triglicéridos y aumentar la longevidad.

El alimento español de la longevidad 

Este estudio realizado por el Institute of Toxicology de Shandong University en China, ha revelado que este ingrediente tan común en la dieta española, podría ser uno de los mejores aliados para vivir más años y mejorar nuestra salud.

Para demostrarlo, en dicho estudio los investigadores administraron dosis pequeñas de suplementos de ajo a los participantes y durante unos 14 días. Todo ello para medir sus efectos en la salud, el colesterol o los niveles de azúcar.

Los resultados de dicho estudio reflejaron como el ajo tiene la capacidad de reducir el nivel de colesterol "malo" (LDL) a la vez que aumenta el colesterol "bueno" (HDL). Una combinación ideal para mantener el corazón saludable y prevenir posibles enfermedades cardiovasculares.

Todo ello unido a la regulación de los niveles de glucosa en sangre, fundamentales para prevenir la diabetes. También contribuye a producir la vasodilatación y como consecuencia reduce la presión arterial en aquellas personas que sufren hipertensión.

Una de las razones por las que consumir al menos tres dientes de ajo al día e integrarlos en las diferentes comidas, puede ser un hábito especialmente beneficioso para nuestra salud, combatiendo además el proceso de oxidación celular y reduciendo los niveles de radicales libres.

Beneficios del ajo en la dieta

Más allá de la longevidad o de ser un aliado contra el colesterol y para aquellas personas diabéticas o propensas a serlo, el ajo destaca también por poseer múltiples beneficios para la salud, actuando como una alternativa natural y eficaz a muchos medicamentos gracias a sus compuestos antioxidantes ricos en azufre, como la aliína.

A lo largo de los siglos, al ajo también se le han atribuido una gran cantidad de propiedades medicinales. Es considerado el antiséptico, antibiótico y antimicótico natural más potente, lo que lo convierte en un formidable aliado contra las infecciones.

Además, tiene la capacidad de depurar el organismo al ayudar en la eliminación de toxinas y promover la regeneración de la flora intestinal. Otro de sus beneficios es la mejora de la circulación sanguínea debido a su efecto anticoagulante, lo que también contribuye a reducir la fiebre y a disminuir esos niveles de colesterol "malo" (LDL).

El ajo también refuerza el sistema inmunológico y es particularmente útil para las personas con hipertensión como hemos indicado anteriormente. Para quienes sufren de aterosclerosis o hipertensión, se recomienda aumentar la ingesta a tres dientes diarios. 

Diente de ajo.

Además, el ajo es beneficioso también para actuar como expectorante, lo que lo hace eficaz para tratar afecciones respiratorias como el asma y la bronquitis, tanto aguda como crónica. 

Los efectos anticancerígenos del ajo también son importantes, contribuyendo a prevenir diversas formas de cáncer. Además, se ha comprobado que su consumo regular puede mitigar los efectos del envejecimiento, así como prevenir enfermedades cardiovasculares y otros problemas de salud relacionados con la edad avanzada.

Todo ello unico a su potente efecto virucida. Y es que, el ajo se ha utilizado también para tratar las verrugas. Con todos estos beneficios, no es sorprendente que el ajo se haya ganado un lugar destacado en la medicina natural y en la dieta diaria de quienes buscan una vida más saludable y longeva.

Quiénes no deberían consumir ajo

Debido a su elevado contenido de fructanos, también es importante tener precaución con el ajo ya que en algunos casos también puede provocar hinchazón, gases y malestar estomacal, según indica MDS.

Por esta razón, no se aconseja el consumo de ajo para aquellos con problemas digestivos como gastritis o síndrome del intestino irritable, ni para quienes siguen una dieta baja en FODMAP.

Además, el ajo puede aumentar la acidez gástrica y reducir el tono del esfínter esofágico inferior (EEI), lo que puede desencadenar episodios de reflujo ácido. Por lo que si sufres de alguna de estas afecciones, es recomendable consultar antes con un especialista si piensas aumentar o introducir el ajo en tu dieta.