Los huevos duros o cocidos forman parte de diferentes recetas, algunas de ellas muy sanas, como diferentes tipos de ensalada. Pero para muchos, el simple huevo cocido resulta por sí solo todo un manjar, un alimento muy nutritivo y proteínico con pocas calorías. Para las personas que disfrutan de este sencillo bocado existe una dieta que, en teoría, puede resultar muy efectiva para perder peso. No obstante, sobre la dieta del huevo existen posiciones a favor como en contra, por los beneficios y por los inconvenientes que puede causar.

El origen de esta peculiar dieta se encuentra en un plan de alimentación basado en un libro de 2018 publicado por Arielle Chandler. Aunque hay diferentes versiones, generalmente implican comer huevos cocidos junto con algún otro tipo de proteína magra con cada comida, así como verduras sin almidón y una o dos porciones de frutas bajas en carbohidratos por día.

Según su creadora, este patrón de alimentación bajo en carbohidratos y calorías puede ayudar a perder hasta 11 kilos en solo 2 semanas. Además, sus partidarios afirman que la dieta proporciona nutrientes que mejoran el control del azúcar en la sangre, respaldan una visión saludable y fortalecen los huesos, el cabello y las uñas. Fruto de ellos, son muchas las celebridades que, en algún momento, se han sumado a esa moda para perder peso. Por ejemplo, Nicole Kidman solo comió huevos duros antes de protagonizar la película Cold Mountain.

Alimentos saludables

Como es fácil imaginar, dado su nombre, el huevo cocido es el gran protagonista.  La American Heart Association (AHA) señala que un huevo por día puede ser parte de una dieta saludable, una valoración que comparte la Fundación Española del Corazón. Entre sus características, podemos señalar que se trata de un alimento rico en proteínas pero bajo en carbohidratos. En este sentido, un huevo duro grande ofrece 71 calorías, 6 gramos de proteína, 5 de grasa y 0,4 de carbohidratos. También posee colina, un nutriente que ayuda a producir neurotransmisores que regulan la memoria y el estado de ánimo entre otras funciones.

La lista de alimentos e ingredientes a los que se debe renunciar para seguir esta dieta es bastante amplia. Entre ellos, destacan los alimentos ricos en carbohidratos, incluidos los vegetales con almidón, los cereales y muchas frutas. Obviamente, también se descartan todo tipo de bebidas azucaradas y los alimentos procesados como bollería, comidas congeladas y comida rápida. Por tanto, uno de los principales beneficios es que se basa en alimentos no procesados.

Poco equilibrada

No obstante, si bien algunos de sus críticos aprecian el estilo estructurado del plan y afirman que puede impulsar la pérdida de peso, también ha sido criticado por ser muy restrictivo, difícil de seguir e ineficaz. Una de sus principales críticas es que esta dieta, aunque contiene alimentos saludables, no es equilibrada. Además, se le señala como extremadamente estricta, lo que dificulta su adherencia.

El principal problema es que se limitan muchos alimentos ricos en fibra como los cereales integrales y determinadas verduras. Esto puede generar un problema relacionado con la deficiencia de este nutriente. Las consecuencias de ello son variadas, como señalamos en este artículo, y podemos encontrar desde el riesgo de estreñimiento, el aumento del colesterol o una sensación constante de fatiga.

Si bien el funcionamiento de una dieta de este tipo puede acelerar la pérdida de peso a corto plazo, las dietas restrictivas no son sostenibles a largo plazo. Algunos incluso terminan ganando peso después de seguir dietas restrictivas, como consecuencia del conocido "efecto rebote".

En conclusión, es cierto que esta dieta puede ser de ayuda para perder peso en el corto plazo. Pero no puede ser tomada como una opción útil más allá de algunas semanas.

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